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Los fieles siguieron atentamente y en varios momentos interrumpieron con cerrados aplausos la predicación que estuvo a cargo del padre González, en señal de aprobación al mensaje que transmitía.
El religioso recordó a las mujeres asesinadas como Dalma Rojas, que murió con toda su familia, así como el asesinato de otra mujer de 18 años nada menos que en la Agrupación Especializada de la Policía, que debería cuidar la integridad de la ciudadanía.
González hizo igualmente un paralelismo entre la riqueza y la pobreza. Por una parte, los rascacielos parecen llegar al cielo, y por otra, los pobres que son enterrados en el arenal de la miseria.