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Agregó que es más que evidente que Figueredo tenía una autorización administrativa tacita, tanto de la Secretaría del Ambiente (Seam) como del Ministerio Público, ya que ayudaban al ambientalista en su trabajo de protección ambiental. “Hay además un conflicto de normativa, ya que la ley penal es meramente declarativa ya que en nuestro país no existe ningún tipo de planta de almacenamiento de pilas ni de destrucción. La condena por si es calamitosa, pues puede generar una jurisprudencia nefasta”, destacó.
Brigitte Fuzzelier, de la Organización Internacional Proinversión, Comercio y Medioambiente y Reforestemos Paraguay, solicitó que se lleven pilas usadas frente a la Seam, sobre la avenida Semidei, mañana de 17:00 a 19:00, como una protesta pacífica contra la condena a Figueredo. “Es una ridiculez la condena. Hay cómplices aquí. Es una vergüenza”, indicó.