Brote de difteria pone en alerta a los hospitales

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El Ministerio de Salud emitió ayer una alerta epidemiológica a los servicios de salud de nuestro país, ante un brote de difteria en Asunción. En Paraguay el último brote se tuvo en el 2004.

SAN LORENZO (Antonia Delvalle Castillo, corresponsal). Según fuentes médicas, se registraron dos casos en el barrio Pettirossi de Asunción. Ante este hecho, dijeron los profesionales que se toman medidas tendientes a controlar el brote, para lo cual dijeron que se cuenta con insumos y vacunas necesarias para hacer frente a este mal, pero afirman que falta reforzar los vacunatorios con personal de blanco.   

En el 2004 se había registrado el último brote de la enfermedad. Uno de los casos positivos se registró en Tablada Nueva de Asunción y los otros tres en la Villa Industrial de San Lorenzo.   

¿Qué es la difteria?

Según fuentes consultadas en internet, "la difteria es una infección bacteriana aguda y extremadamente contagiosa que afecta principalmente la nariz y la garganta. Los niños menores de 5 años y los adultos mayores de 60 son particularmente propensos a contraer esta infección. Las personas que viven en condiciones insalubres o de hacinamiento, las que padecen malnutrición y los niños y adultos que no tienen al día el calendario de vacunaciones también están en situación de riesgo".

En sus primeras fases, la difteria se puede confundir con un fuerte dolor de garganta. Los otros síntomas que aparecen al principio son fiebre moderada e inflamación de los ganglios linfáticos del cuello.

Conforme avanza la infección, la persona puede: tener dificultades para respirar o tragar, quejarse de visión doble, arrastrar la voz al hablar, o incluso presentar síntomas de shock inminente (palidez, piel fría, taquicardia, sudoración e inquietud).   

Cuando la difteria está en una fase más avanzada y se extiende más allá de la garganta, la toxina de la difteria se propaga por el torrente sanguíneo, pudiendo provocar complicaciones que pueden poner en peligro la vida del paciente, al afectar  órganos vitales, como el corazón y los riñones.

La tasa de mortalidad en los pacientes que no reciben tratamiento puede llegar al 40-50%.
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