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La gerente de Salud del IPS, Ruth Zayas, señaló que el bevacizumab se está utilizando para tratar el cáncer de pulmón, cáncer metastásico, cáncer colorrectal, cáncer de ovario, cáncer de cuello uterino, glioblastoma, cáncer renal metastásico y cáncer de mama, en segunda línea, que no responden a tratamiento convencional. Y también en oftalmología, uso no oncológico, agregó.
“El medicamento biosimilar bevacizumab es para el tratamiento del cáncer colorrectal, de pulmón y cáncer metastásico. Es muy rebuscada esa indicación de utilizar el bevacizumab en segunda línea para el tratamiento del cáncer de mama porque existiendo el medicamento trastuzumab (biosimilar) que es para el tratamiento de primera línea del cáncer de mama, y que tomándolo a tiempo cura este cáncer, no tiene sentido utilizar el bevacizumab”, dijo López.
Actualmente, un total de 20 pacientes oncológicos del IPS presentaron recursos de amparo constitucional rechazando que se les aplique el biosimilar por lo cual el IPS se ha pronunciado y ha informado que adquirirá los medicamentos originales del fármaco bevacizumab por la vía de la excepción.
Los pacientes rechazan que se les intercambie el medicamento que siempre utilizaron por un biosimilar que según indican no reúne las suficientes garantías. En IPS existen más de 100 pacientes con cáncer y las organizaciones de lucha contra el cáncer que respaldan la judicialización indicaron que llegarán a 80 amparos.
La intecambiabilidad
López explicó que ninguna agencia reguladora dijo o puso la firma en que los biosimilares son intecambiables, y que solo dijeron que queda a criterio del médico tratante la decisión de la intercambiabilidad, pero al hacer un análisis se concluye que “los medicamentos biosimilares son intercambiables”, aseguró.
“Durante todo el proceso de evaluación del registro de un biosimilar se hace lo que se llama un ejercicio de comparabilidad, donde el biosimilar se va comparando con el original permanentemente y llegamos a una conclusión de que tenemos un medicamento similar y que es intercambiable. Esto es lo que los médicos deben entender, que cuando se aprueba un medicamento es porque necesariamente es intercambiable. Los médicos se deben hacer cargo de este tema, y no ponerlo en cabeza de los pacientes o familiares porque ni siquiera es un problema de opinión pública sino de práctica médica”, refirió.
El experto agregó que la verdadera preocupación que deberían tener las personas es la sostenibilidad de los tratamientos y no intercambiabilidad.
“Cada vez hay más medicamentos caros y más enfermos lo cual reciente la posibilidad que el presupuesto se direccione a otras áreas de la Salud, esa me parece que debería ser la mayor preocupación. El uso o no de biosimilares finalmente es una decisión política del Estado para contar con un ahorro importante de dinero para poder destinarlo a otras áreas de la salud”.
El biotécnico apuntó que todos los biosimilares cuentan con un sistema de extricta farmacovigilancia desde el año 2016 y que los resultados son más positivos, incluso que con los fármacos originales.
“Los biosimilares son productos altamente confiables, son súper seguros y eficaces, se han detectado muy pocos eventos adversos, y personalmente les digo: sí son intercambiables, entre otras cosas porque yo les puse la firma a esos registros, tras un trabajo muy intenso de laboratorio”, apuntó.