Bajante permite reabrir escuelas

El panorama es poco alentador para los alumnos de la escuela básica N° 5934 Cerro Poty, ubicada en una de las zonas más afectadas por la crecida del río Paraguay. Los pequeños, que pertenecen a la comunidad indígena Cerro Poty, encontraron una institución en ruinas.

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Unos 26 alumnos del jardín, preescolar, segundo, cuarto, quinto y sexto grado, están dando clases en el tinglado contiguo a las aulas derruidas de la escuela ya que sus familias están retornando poco a poco a sus precarias viviendas tras estar alejados desde el año pasado, por la crecida.

La institución cuenta con 290 alumnos quienes seguirán en el tinglado de la iglesia Embajada Cristiana debido a que la reparación y reacondicionamiento de la escuela es poco probable ya que el terreno donde está asentada no cuenta con título de propiedad, por lo cual no es elegible para reparaciones o reconstrucción con recursos del Fonacide y solo a través de la autogestión o donaciones externas podrá volver a funcionar.

Por otra parte, las comunidades de las escuelas San Cayetano y Virgen de Luján de Fe y Alegría retornaron a sus sedes. En la última se trabajó intensamente para limpiar del basural acumulado durante la crecida, y tanto docentes como padres de familia se encargaron de pasar un poco de pintura, aunque aún es insuficiente.

No todas las familias retornaron a sus hogares ahora que bajan las aguas, algunas siguen en los refugios, lo que obliga a los niños a caminar varios kilómetros para ir a sus escuelas que ya se trasladaron a sus sedes originales. Los padres de familia explican que el mayor obstáculo para volver se debe a que sus casas fueron saqueadas y deben reconstruirlas.

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