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Desde lo estrictamente legal no habría ninguna objeción. Pero el caso de los conocidos en la Facultad de Ciencias Médicas-Hospital de Clínicas como los “profesores exprés” irritó a varios colegas médicos y docentes que llevan años ejerciendo la profesión y que tuvieron que pasar por todo un proceso, entre 2 y 3 años, para llegar a ser profesores escalafonados de la institución, mientras que los amigos de la “claque” lo hicieron todo entre marzo y junio de este año, es decir, en tres meses.
¿Cómo es el proceso generalmente? Para que un auxiliar de la docencia pase a ser profesor escalafonado debe presentar una tesis que debería tratar un tema inédito, no publicado, según el reglamento de tesis. Se le asigna un profesor tutor, quien va corrigiendo y elaborando el proyecto de investigación hasta que finalmente es aprobado y se inicia el trabajo de tesis propiamente dicho. Por lo general esto lleva un mínimo de 6 meses.
Se realiza el trabajo de investigación y posteriormente se elabora la tesis, dependiendo de la complejidad del tema, que suele llevar entre 2 y 3 años. Se presenta la tesis para su aprobación ante un jurado seleccionado por el decano. Este jurado tiene un tiempo para la corrección y posterior aprobación, previa defensa pública de la tesis.
Proceso lleva su tiempo
Se presenta la tesis, defendida ante el Consejo Directivo de la facultad, quienes finalmente le dan por aprobada. Posterior a esto, generalmente entre los meses de marzo y agosto de cada año, el candidato a profesor escalafonado solicita se abra concurso en la materia que le compete. El Consejo Directivo autoriza la inscripción. Se realiza la desinsaculación (selección de candidatos) por parte del jurado, que se hace por sorteo en el Consejo.
El jurado tiene un tiempo para organizar el examen, concurso, que en general consiste en dar una clase magistral y en las clínicas una presentación con paciente. Finalmente se labra un acta y se define el ganador.
El Consejo Directivo recibe el resultado y luego envía la resolución al Consejo Superior Universitario para su aprobación y el nombramiento por parte del rector, del nuevo profesor escalafonado.
En el caso de los profesores que concursaron en marzo de este año, que fueron aproximadamente 25, todo este engorroso trámite duró entre 2 y 3 meses. Llamativamente los jurados estaban formados por las mismas personas.
Según los médicos más antiguos, algunos temas no cumplían con el reglamento de tesis y el nivel de los trabajos deberían ser reevaluados. Agregan que varios de ellos no cumplieron con el rigor científico exigido.
El proceso arrancó en marzo y para el 5 de junio ya habían sido nombrados profesores de la Facultad de Ciencias Médicas por el rector, Pedro González, cumpliendo de esta manera con el tiempo justo para inscribirse en el padrón y poder votar en las elecciones de autoridades de la facultad que se realizaron en octubre. Es por ello que estos médicos, quienes abiertamente hicieron campaña por las actuales autoridades de la institución (Aníbal Peris, Luis Bogado Yinde, etc.), son considerados como los “profesores exprés”.
Siguen los abusos
Un total de 25 anestesiólogos, todos entre 12 y 18 años de antigüedad, decidieron abandonar el Hospital de Clínicas.
Aseguran que existe un perverso mecanismo para contratar funcionarios leales a las autoridades de turno y para desvincular a quienes no comulgan con sus ideas a través de un concurso de títulos, méritos y aptitudes cada 2 años, que en la práctica no es otra cosa que amañar despidos injustificados de funcionarios que quedan desvinculados luego de 15 o 20 años, algunos sin derecho siquiera a ser indemnizados.
El clan Ibarrola al acecho
Emiliano Ibarrola es actual miembro del consejo de la Facultad de Medicina. El hermano, Jaime Ibarrola, está dentro de la nómina de los “profesores exprés”. Fue designado director de admisión de la nueva sede en Santa Rosa del Aguaray, San Pedro.
Médicos anuncian comunicado
Un grupo de 50 médicos de la Facultad de Medicina y del Hospital de Clínicas hicieron correr un comunicado para que los colegas firmen y luego dar a conocer a la ciudadanía. Relatan el estado calamitoso en que se encuentra la institución.