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El exministro de Salud Pública Antonio Arbo manifestó que los requisitos para declarar una alerta epidemiológica ya se habían cumplido hace más de un mes. “Más vale tarde que nunca”, agregó el médico. No obstante, alentó a “mirar hacia adelante” y urgentemente diseñar estrategias para enfrentar el problema.
“Las campañas deben ir dirigidas a aminorar la epidemia, lo que incluye un mensaje de comunicación permanente, persistente, de insistir en la eliminación de criaderos, trabajar con organismos municipales…”, manifestó Arbo.
A partir de ahora quedan nada más y nada menos que cinco meses más de epidemia, por lo que el desafío es grande, indicó. “La salud va muy aparejada con la educación y con inversión de los determinantes sociales, lógicamente solo el mensaje de comunicación no va a ser suficiente si no se acompaña con otras medidas”, reflexionó el profesional.
Todos en alerta
Arbo explicó que cuando una institución declara una alerta pone a todo el sistema de salud en función a esa situación, lo que implica que todos los hospitales deben estar preparados, que se priorice el diagnóstico, que los laboratorios tengan insumos y que no falten los esenciales, como el suero, camas o sillas de hidratación.
Con respecto a la influencia de la crecida de los ríos y las constantes lluvias, el exministro expresó que todo eso no ocurrió “de la noche a la mañana”, y que lo que pasa ahora es la consecuencia de “no planificar nada”, siendo que ya se sabía que podría pasar.
“Esta inundación ha demostrado el fracaso de todo el sistema del Estado. Es una lección aprendida”, indicó. No obstante, refirió que ahora queda enfocarse en el aseguramiento del agua potable, la intervención correcta de la basura y que los promotores de salud cumplan su rol.
Así también, Arbo se refirió a la reciente aprobación de la vacuna contra el dengue en México. Dijo que “es una herramienta más, pero que no va a sustituir al trabajo comunitario ni al trabajo de las familias”. Además, será un recurso costoso y de poca efectividad en comparación con las demás medidas, especialmente la eliminación de los criaderos de mosquito transmisor, es decir, todos aquellos recipientes que acumulen agua.
“(La vacuna) no va a ser la solución en absoluto, va a ser un contribuyente importante pero hasta ahí”, dijo el médico. Con respecto a la transmisión del mal, Arbo recordó que el mosquito que pica los cinco primeros días a un enfermo de dengue es el que entre cinco y diez días después puede picar a una persona sana y transmitirle la enfermedad. Por ello se recomienda que el enfermo permanezca bajo mosquitero los primeros días.