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Señala que el gobierno adoptó algunas determinaciones que son muy adecuadas, pero insuficientes para asegurar el empleo y la continuidad de los negocios cuando se retome la normalidad. Desde la perspectiva de la producción y de los servicios, añade, la suspensión de actividades tiene impactos significativos sobre todo en el manejo de flujo de caja, mantenimiento de infraestructura y operaciones.
“Aquí será clave la postergación de impuestos como IVA a alquileres, impuestos inmobiliarios y una mejora de tarifas, ampliación de plazos y de pagos por servicios públicos de energía, agua, etc. Es muy complicada la situación y sostenibilidad de algunas empresas, que deben abonar alquiler o mantener infraestructuras operativas, mientras sus actividades están paralizadas por el aislamiento de las personas”, dice.
Inoportuna reforma fiscal y bajar combustible
La CAP dice acerca de las medidas adoptadas por el Banco Central del Paraguay (BCP) que “habría que ejecutar un programa de garantías y de líneas de financiamiento a tasas y plazos adecuados, sobre todo para asegurar que proveedores no interrumpan la cadena de suministro y que las empresas puedan enfrentar este escenario, a cuyo propósito será vital la coordinación entre BCP, el sistema financiero público y privado”.
Refiere que “será muy conveniente que la inoportuna reforma fiscal sea postergada, al menos para su aplicación por un año, es decir a partir de 2021”. Y que “lo fundamental” está en la reducción de G. 1.500 o G. 1.000 en combustibles, que incidirá sobre costos y movilidad.