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LUQUE (Gladys Villalba Jara, corresponsal). La expulsión se materializó a las 20:03, cuando Nader Alí Saboori Haghighi, de 45 años de edad y nacido en Irán, despegó de la pista del aeropuerto “Silvio Pettirossi” de esta ciudad con destino a Lima, Perú, al mando del avión jet bimotor Learjet 35, con matrícula de Estados Unidos N31DP.
La nave, con capacidad para 10 pasajeros, pertenece a la empresa multinacional Valkyrie Aero Consulting, con asiento en Alemania, que se dedica por ejemplo al servicio de taxi aéreo, flete y alquiler de máquinas y tripulación, según su página web.
Junto al iraní, también fue echado del país su último colaborador, el aviador colombiano Jaime Arturo Torres Parra, de 43 años, en cuya foja figuran por ejemplo multas aplicadas por las autoridades aeronáuticas de su país por diversas infracciones. Este alegó haber llegado desde Argentina solo 48 horas antes, supuestamente para ayudar en sus gestiones al iraní, servicio por el cual cobraba 500 dólares por día.
Sus antecedentes
El caso del iraní, que el propio Gobierno se encargó de mediatizar durante todo el día de ayer como un gran logro, se inició el 6 de setiembre pasado, cuando la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac) registró el arribo del extranjero y la máquina procedentes de Bolivia, donde habían hecho una escala para reabastecimiento de combustible, luego de despegar de Ecuador.
El copiloto fue el venezolano José Sosa, quien unos días después ya salió de Paraguay, según registros de la Dirección General de Migraciones (DGM).
La permanencia aparentemente injustificada del jet y de su piloto levantó sospechas de la Dinac, que por medio de su titular interino, Adriano Ramírez Fernández, informó el viernes último al fiscal antidrogas Hugo Volpe que la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos les informó que el piloto iraní tenía la licencia de aviador revocada desde 2006.
Después, se descubrió que el mismo extranjero había sido condenado en el año 2015 a una pena de 27 meses de prisión, ya que en 2014 se declaró culpable del robo de la identidad de otro piloto estadounidense para conseguir su certificado de piloto de transporte de línea aérea (ATP), que otorga la propia FAA, y también un certificado de instructor de vuelo.
Un informe del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, que hace referencia a aquella sentencia dictada en Houston, consigna que no había pruebas de que el iraní estuviera involucrado en alguna actividad relacionada con el terrorismo.
Estrelló otra nave
“Según los registros judiciales, el 15 de septiembre de 2012, Haghighi estrelló un avión en Bornholm, Dinamarca, mientras poseía el certificado ATP de la víctima. Después de enfrentar cargos criminales en Dinamarca y Alemania, Haghighi regresó a Irán, pero luego reapareció en Indonesia. Finalmente, fue arrestado en Panamá, donde renunció a la extradición a los Estados Unidos en agosto de 2014”, añade el boletín del Departamento de Justicia norteamericano.
Viajes a Ciudad del Este
Desde que llegó a Paraguay, hace más de un mes, el piloto iraní efectuó al menos cuatro viajes a Ciudad del Este, en vuelos comerciales que despegaban del aeropuerto “Silvio Pettirossi” de Luque y que aterrizaban en el aeropuerto “Guaraní” de Minga Guazú.
Llamativamente, casi siempre regresaba hacia la capital del país el mismo día, de acuerdo con las fuentes consultadas.
El iraní dijo inicialmente que vino a testear el ambiente en Paraguay para realizar inversiones, aunque después manifestó que iba a hacer un servicio de taxi aéreo en Bolivia y hasta reveló ser uno de los accionistas de la empresa dueña de la nave.