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Según informaciones provenientes del submundo del narcotráfico en Capitán Bado, la liberación del narco Felipe Escurra Rodríguez fue posible gracias a fuertes “incentivos” en dólares.
Las mismas fuentes indicaron que Escurra ya estaría coordinando su banda y que, a pesar de que estaba detenido desde hace un año, nunca dejó de operar en el envío de drogas al mercado brasileño.
El cuestionado juez Leonjino Benítez pasó por alto los informes provenientes de las autoridades policiales brasileñas, que señalan que el ahora liberado narco es uno de los mayores proveedores de marihuana al mercado brasileño.
Los agentes brasileños del Grupo de Lucha contra el Crimen Organizado (Gaeco) precisaron mucho tiempo para descubrir el modo que operaba el narco paraguayo, a través de escuchas telefónicas que Escurra mantenía con un narco preso en Brasil.
Así pudieron descubrir las rutas y la cantidad de envíos que realizaba Escurra desde Capitán Bado y las rutas que utilizaba su organización internacional.
A pesar de todas estas informaciones acercadas por las autoridades brasileñas, el juez Leonjino Benítez indicó que no se tenían pruebas de que “Barón” Escurra sea un narcotraficante.
El Ministerio Público, por su parte, se mostró sorprendido por la liberación del capomafioso.
El fiscal adjunto antidrogas, Marco Alcaraz, dijo que ni siquiera fueron notificados por el Juzgado de la audiencia de revisión de medidas en la que le otorgaron la libertad a “Barón” Escurra.
Al menos ese fue el informe que recibió en Asunción Alcaraz de parte del fiscal Martín Areco, quien a su vez interina al titular de la causa, su colega Samuel Valdez. Este último, incluso, ya formuló acusación contra Escurra por violación de la ley de armas y tenencia de drogas.