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El incendio se inició ayer poco antes de las 6:00, en el medio mismo de la penitenciaría nacional de Tacumbú, específicamente entre el pabellón de la tercera edad, donde había unos 70 internos, y en el sector del sótano, donde funciona un taller de confección y también un gimnasio para los boxeadores del penal.
Según los bomberos, el siniestro habría sido desencadenado por una falla en el sistema eléctrico y las llamas se propagaron rápidamente.
La primera víctima reportada fue el propio jefe de seguridad de la cárcel, Blas Gaona Acosta (42), quien era el segundo al mando, por detrás del director, Luis Barreto.
Gaona perdió la vida al liberar a los presos que estaban atrapados en el pabellón de la tercera edad, porque perdió segundos vitales al trabarse un candado que aseguraba la reja y cayó sobre él una especie de cielo raso de terciada en llamas.
Herido y todo y con el humo sofocándole, el funcionario se repuso y abrió la reja para dejar salir a los reclusos, quienes al final lo auxiliaron. En un último intento por restablecerse, metió la cabeza en un inodoro y abrió una ducha, para tratar de hidratarse.
Pero para cuando lo sacaron del sector en llamas ya prácticamente se había asfixiado y murió camino a un nosocomio.
Muy querido por sus compañeros
Blas Gaona Acosta era un funcionario con 25 años de antigüedad y ganaba poco menos de G. 5 millones.
Deja huérfanos, en su casa de Piribebuy, a una esposa, un hijo de 16 años, otro de 11 años y una nena de tres años.
La mayoría de los guardiacárceles de Tacumbú declararon que Gaona era uno de los compañeros más queridos y que justamente llegó al alto cargo gracias al apoyo de los demás celadores.
Terrible hallazgo
Ya con el fallecimiento confirmado del jefe de seguridad, los bomberos, policías, paramédicos y otros guardiacárceles seguían combatiendo contra las llamas y el humo, mientras otro grupo auxiliaba a al menos una docena de convictos heridos y sofocados.
Pero poco después del mediodía, los rescatistas pudieron entrar al sótano y hallaron otros cinco cuerpos completamente calcinados.
Los cadáveres correspondían a los internos David Roberto Fraser Gamarra (37), encerrado por tráfico de armas; César Herrera Bogado (49), condenado por asalto; Francisco Javier Benítez Cristaldo (40), también preso por asalto; Alfredo Maciel (36), procesado por abuso sexual en niños; y Daniel Salinas (29), recluido por homicidio.
El resto de la población penal que no fue afectada permaneció en sus pabellones, en medio de una fuerte vigilancia de la Policía, que reforzó la labor de los guardiacárceles, ante el temor de una fuga masiva.
Los rescatistas resaltaron que fueron precisamente los internos los que más ayudaron en las tareas.
Tacumbú amaneció ayer con una población total de 3.445 presos.