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Encima de la dirección de la cárcel y al lado del logo de la Penitenciaría Nacional estaba el sector vip de Pavão. Desde afuera se puede observar que ese sector cuenta con split y que los internos, a diferencia de los otros que están dentro, tienen la posibilidad de observar lo que ocurre sobre la calle 24 Proyectada.
En la planta baja están las oficinas de las direcciones, por lo que cuesta entender cómo las autoridades del Ministerio de Justicia, así como de Interior, no conocían nada del desmedido y sospechoso privilegio del narcotraficante brasileño.
Las autoridades de Justicia solían visitar el principal recinto carcelario.
Obviamente en algún momento se reunían con los directores carcelarios en la oficina que está debajo del sector vip.
Sin embargo, nunca se percataron de ello e inclusive las distintas administraciones de Justicia negaron inclusive ante el Parlamento la existencia de sectores vip.
Tampoco Interior, ni la Secretaría Nacional Antidrogas pueden estar ajeno a esto que estaba a simple vista.
La consigna parece ser tirar toda la responsabilidad al exdirector de Establecimientos Penitenciarios Artemio Vera y al de la cárcel, Luis Barreto.
Sin embargo, es difícil creer que solo dos personas autorizaban que uno de los narcos más importantes del país y requerido por Brasil tenga su propia “celda”.
La fiscala Alicia Sapriza abrió una investigación y emitió oficios solicitando informes pormenorizados al Ministerio de Justicia.
Todo salió a luz tras el traslado de Jarvis a la Agrupación Especializada, luego de que el presidente Horacio Cartes recibió un informe de que el mismo financiaba un plan de desestabilización en las cárceles del país.