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El propio Javier Ibarra contó que descubrió el suceso ayer a las 04:00, cuando su custodio policía fue a recogerlo del barrio Universitario de San Lorenzo, donde el viceministro pasó la noche cuidando a su madre enferma.
El alto funcionario dijo que la camioneta Hyundai negra blindada, perteneciente al Ministerio del Interior, quedó estacionada en la calle, frente a la residencia, ya que él mismo le dijo a sus guardias que podían retirarse a sus casas.
El viceministro de Seguridad Interna, segundo cargo en orden de relevancia después del ministro del Interior, declaró también que le pareció muy llamativo el atraco, perpetrado por una gavilla que prácticamente en silencio y en tiempo récord rompió el ventilete del techo del vehículo para ingresar al habitáculo. Incluso, ni la alarma del rodado llegó a sonar.
“Ni sentí que estaban robando, porque si escuchaba no les iba a perdonar. Yo soy socio del club de tiro y tengo experiencia en el manejo de armas”, manifestó Ibarra.
Sobre las armas robadas, el informe policial habla de un fusil de asalto M4, calibre 5.56 y con dos cargadores, así como un subfusil FAMAE, calibre 9 mm, ambos registrados en Dimabel a nombre de Javier Ibarra.
También desaparecieron un fusil de asalto Galil, calibre 5.56 con dos cargadores, y una pistola Glock modelo 17, calibre 9 mm y con cinco cargadores, estos propiedad de la Policía Nacional.
¿Fue seguido?
El viceministro de Seguridad Interna también manifestó que tendrá que replantear su seguridad, porque en este caso evidentemente fue seguido en sus movimientos o también sospecha que fue delatado por alguien de su entorno.
“Evidentemente no fueron simples tortoleros, porque rompieron el techo de la camioneta blindada y robaron solo esas armas específicas. En la guantera, por ejemplo, también había un revólver calibre 22 y un teléfono iPhone 6 que no se llevaron”, indicó.
“No quiero que caigan en manos inapropiadas”
Javier Ibarra dijo que están detrás de los autores del robo, ya que le preocupa que las poderosas armas terminen en el mercado negro.
“No quiero que caigan en manos inapropiadas. Me preocupa mucho, porque no son armas comunes”, relató.
La camioneta fue verificada ayer en sede de Investigación de Delitos, en busca de huellas dactilares. Toda la Policía está abocada a la investigación.
“Fue negligencia mía”
El viceministro de Seguridad Interna, Javier Ibarra, reconoció ayer que “fue negligencia mía”, al explicar el robo de las armas del interior de la camioneta blindada que utiliza.
El funcionario defendió además a sus custodios policías, quienes seguramente tendrán que ser sumariados por dejar tantas armas en un vehículo estacionado en la calle.
“Fue culpa mía. Lo que pasa es que yo les di libre a mis guardias, porque no soy negrero y ya era tarde. Ellos también son seres humanos”, recalcó.
En el mercado negro, los fusiles Galil y M4 robados pueden llegar a costar hasta 15.000 dólares, mientras que el subfusil FAMAE costaría unos 5.000 dólares. La pistola Glock, igualmente, suele ser ofertada clandestinamente por el mismo precio.
De todos modos, Ibarra dijo que va a reponer las armas, al menos las de la Policía Nacional.