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El caso se inició el 4 de febrero del año 2014 en el barrio Naranjaty de la ciudad de Capiatá, cuando desapareció misteriosamente una niña de cuatro años, hija de Liza Soledad Portillo Molinas, quien en aquel entonces tenía 21 años.
Mientras la madre trabajaba, su nena quedaba en la casa de una vecina, identificada como Bella Soledad Montiel López, quien entonces tenía 26 años. Esta mujer contó que, supuestamente, otra tía fue a recoger aquel día a la niña.
Finalmente, la nena, quien actualmente tiene ocho años, fue encontrada ayer en la misma ciudad donde había desaparecido, en un procedimiento efectuado por policías del departamento Antisecuestro, bajo la supervisión del fiscal Víctor Villaverde, quien de hecho fue el que recibió el dato preciso del paradero de la criatura.
La comitiva capturó en el operativo al matrimonio conformado por Eusebio Cristín Coronel Amarilla, de 45 años, y Celia Genoveva Chamorro Torres, de 62 años, quienes admitieron haber adoptado a la niña y que incluso la inscribieron como su hija, con otra identidad, con la cual la menor de edad tiene hasta una cédula.
La familia estuvo viviendo los últimos cuatro años en Argentina, hasta que consiguieron un poco de capital y regresaron a Capiatá, donde montaron un lavadero. La niña adoptada ya iba a un colegio de la referida ciudad.
Los padres adoptivos contaron que, como no podían tener hijos, la niña les fue entregada por su vecina, Bella Soledad Montiel López, quien era la que precisamente quedaba a cargo de la menor de edad cuando la madre biológica iba a trabajar. Así como el matrimonio Coronel-Chamorro, la vecina Bella Soledad Montiel López quedó detenida, aunque los tres niegan que se haya tratado de una venta de criatura.