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CURUGUATY, Dpto. de Canindeyú (Alberto Núñez Barreto, corresponsal). Ante el Tribunal de Sentencia presidido por Ramón Trinidad Zelaya e integrado por Benito González y Samuel Silvero y como miembro suplente, la jueza Arminda Alfonzo, los agentes policiales primeramente graficaron cómo se inició la emboscada preparada por los labriegos encabezados por Rubén Villalba.
El suboficial principal Fredy Toledo del grupo táctico refirió que el subcomisario Erven Lovera había ingresado primeramente como para conversar con los campesinos armados con escopeta. Añadió que el jefe policial llegó a ingresar en medio de campesinos y allí se iniciaron los disparos provenientes de los invasores.
El testigo confirmó que efectivamente realizaron disparos porque la instrucción era que “cuando nos están atacando tenemos que defendernos, le maltrataron a nuestro jefe Lovera, nos dijeron para retirarnos porque íbamos a morir todos aquí, pero el jefe avanzó y eso les ofuscó a los campesinos y le jugaron con machete y ahí empezaron a disparar”, señaló el agente que presenció el fatídico momento.
Por su parte, el fiscal Nelson Ruiz dijo que la no participación de los 11 acusados en la reconstrucción no interfiere en la investigación, porque la Fiscalía tiene pruebas.
“En nuestros alegatos finales vamos a dar los detalles, ahora no vamos a poder hacerlo”, señaló.
Detector de metal
Por su parte, uno de los abogados defensores Víctor Azuaga refirió que el Tribunal había denegado la utilización de un detector de metal para las pericias del lugar. “En este caso queríamos utilizar el aparato para detectar las balas que se quedaron en el terreno y en los árboles, pero se hizo la reconstrucción desde la óptica policial, con eso se constató la gran mentira de ellos, porque cayeron en varias contradicciones”, señaló.
“En sus declaraciones dijeron que no vieron nada, sin embargo hoy demostraron que estaban cerca y está confirmado que los disparos vinieron desde la policía, ellos mataron a sus camaradas y luego ejecutaron a los campesinos aprovechando la confusión, es una investigación kachiãi (poco seria)”, dijo el letrado.