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Al conocer dicha decisión, Villalba fue derivado a la sanidad del penal de Tacumbú, con un cuadro de presión alta. Según explicó su abogada, Sonia Von Lepel, la resolución de libertad condicional que le otorgó el juez de ejecución Carlos Martínez tuvo un “error” en el tipeo, en el que se colocó mal la numeración de la causa. Dicha confusión se pudo dar debido a que el mismo tenía procesos similares.
En uno de ellos, por la masacre ocurrida en Curuguaty en el 2012. En junio pasado la Sala Penal de la Corte le había otorgado la absolución y ordenado su libertad. En primera y segunda instancia, Villalba fue condenado a 30 años de cárcel, más cinco de medidas de seguridad.
Sin embargo, tampoco en esa ocasión pudo salir en libertad debido a que tenía otra condena pendiente.
Con respecto a esa condena Villalba consiguió ayer su libertad condicional bajo el argumento de que le faltaba un año más de prisión para compurgar su pena. El caso por el cual fue condenado a siete años de cárcel, había ocurrido en el año 2008 en la Colonia Pindó. Asistentes fiscales y policías habían sido privados de su libertad por un grupo de sintierras, a fin de evitar ser desalojados por la comitiva.