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Los federales estaban realizando supuestamente un control en el lado paraguayo de la línea seca. El jefe de Policía de Canindeyú, Crio. Princ. Atilio Ramón Ferreira, refirió que dos efectivos policiales y dos militares que patrullaban por la frontera seca, en un vehículo particular, fueron informados por un camionero que personas extrañas, armadas, estaban apostadas en el lugar conocido como Palmeiriña, lado paraguayo, por lo que se dirigieron hasta el lugar.
Al acercarse al sitio, los uniformados paraguayos fueron recibidos por efectivos de la Policía Federal brasileña, quienes los altearon y al mismo tiempo realizaron disparos intimidatorios. Los paraguayos bajaron de sus vehículos, se parapetaron y respondieron al fuego, por lo que se desató un enfrentamiento.
En medio del tiroteo, los federales también salieron de su vehículo, una camioneta Volkswagen Saveiro negra, con chapa NRY 5341 del municipio de Campo Grande, y huyeron a pie cruzando la frontera seca hacia el lado brasileño. Ayer surgieron informaciones de que al menos uno de los federales resultó herido en el brazo.
Tras la refriega, los efectivos paraguayos hallaron dentro de la camioneta de los federales una subametralladora marca HK, tipo MP5, calibre 9 mm, así como seis granadas lacrimógenas de mano, tres walkies y dos radio base con sus respectivas antenas. También había una baliza portátil, un registro de identidad brasileño perteneciente a Carlos Luis De Almeida Silva, una plaqueta de identificación de la Policía Federal, un carnet de identificación de Agente de Policía Federal y un carnet de registro de armas, todos a nombre de De Almeida Silva.
Las evidencias
Medios de prensa del Brasil, por su parte, afirman que los federales fueron víctimas de policías y militares paraguayos que protegen el contrabando en la región fronteriza. El hecho fue comunicado a la Cancillería.