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Un vecino del lugar del hecho, Marcos Valiente (22), presenció la alevosa ejecución. Aseguró que Nolasco Amadeo fue el primero en ser acribillado, luego los uniformados redujeron y esposaron a Gerardo Javier, quien fue arrastrado hasta el lugar donde estaba tendido el cuerpo de su hermano, donde también fue ejecutado.
El cuerpo de Nolasco Amadeo presentaba seis impactos de bala, mientras que el de su hermano tenía ocho tiros, todos en el pecho, espalda y abdomen.
Según los testigos, el suboficial Silvio Rubén Díaz ultimó a ambas víctimas con una pistola calibre 9 mm., para lo cual utilizó los dos cargadores que portaba en el cinturón.
Estos datos fueron corroborados ayer de mañana por efectivos de la división Criminalística de la jefatura de Policía del departamento Central, quienes confirmaron que todas las vainillas servidas y otras evidencias fueron recogidas del lugar del hecho, en un radio no superior a los un metro y medio.
Falsa denuncia de abigeato
La madre de la víctimas, Victoria Famoso de Riveros (60), relató que Nolasco Amadeo era veterinario y técnico electricista, prestaba servicios en una empresa en la capital, en tanto que Gerardo Javier trabajaba hace cinco años en una fábrica de motos en Luque.
La mujer dijo que 15 días atrás compró una vaca con cría de un vecino por la suma G. 2.000.000, pero el fin de semana el animal se fracturó una de las piernas y quedó tirado en el lote que tenían sus hijos a una cuadra de la casa. Debido a que el animal ya no se podía levantar y su salud estaba empeorando, Victoria Famoso de Riveros pidió a sus hijos que faenaran el vacuno. Debido a que ambos trabajaban de día decidieron carnear la vaca en el lugar en que estaba, el martes de noche.
Pero alrededor de las 22:00, un vecino los denunció por abigeato, lo que motivó la presencia de los uniformados en el sitio.
Los patrulleros hallaron a Nolasco Amadeo en plena faena, por lo que lo redujeron a golpes al pensar que era un abigeo. El veterinario les explicó que carneaban una vaca enferma, pero los policías no escucharon razones y lo tumbaron boca abajo en el suelo. Nolasco Amadeo intentó levantarse y lo ejecutaron. El primer disparo recibió en el rostro, otro en la espalda y luego en el abdomen.
En ese momento llegó hasta el lugar Gerardo Javier, quien al ver a su hermano tendido en el pastizal intentó defenderlo, pero los agentes también lo redujeron a golpes. Inclusive le rompieron el brazo derecho para esposarlo.
Después, ambos agentes lo arrastraron hasta el lugar donde estaba el cuerpo de su hermano para ejecutarlo. Este quedó con la esposa trabada en uno de los brazos.
Posteriormente, los uniformados colocaron un revólver calibre 22, con seis proyectiles a un costado de las víctimas, para alegar legítima defensa. Igualmente los policías que llegaron luego al lugar trataron de borrar todas las evidencias y obligaron a los testigos a callarse, según confirmaron.
Otros casos fatales
- 20 de mayo de 2012: Amado Benegas Pereira (27) falleció luego de acusar un tiro en el cuello y otro balazo en el pie izquierdo, supuestamente al pelear con el suboficial mayor de Policía Fabián Sebastián Verón Giménez (42), custodio de la ministra de la Corte Gladys Bareiro de Módica.
El hecho se produjo en Nicaragua casi Teniente Insfrán, barrio Vista Alegre de la capital, frente al inquilinato donde vivía el agente. Presuntamente, ambos rosaron con sus motocicletas y la víctima siguió y encaró al uniformado, aunque este alegó que se defendió de un intento de asalto.
Vecinos rodearon la casa del autor confeso e intentaron lincharlo, por lo que tuvieron que intervenir varios pelotones de antidisturbios para dispersar a la turba.
- 11 de abril de 2012: el sordomudo Agustín Ledesma fue baleado en el cuello por un contingente policial de la comisaría 13ª de Arroyito y fusileros de la FOPE, al ser supuestamente confundido con un miembro del EPP.
El confuso episodio sucedió en una chacra cerca de su casa, en el lugar llamado Calle 18, zona norte, situada unos mil metros de la Ruta V “Gral. Bernardino Caballero”, distrito de Horqueta.
El joven finalmente murió en la noche del 30 de abril en Emergencias Médicas, por lo que el caso ahora es calificado como homicidio doloso.
- 28 de agosto de 2011: el niño José Alejandro López Coronil, de apenas 4 años, murió de un tiro en la cabeza, cuando agentes de Interpol de Ciudad del Este balearon el auto en el que viajaba junto a sus padres José Ramón López Benítez y Ruth Natalia Coronil Figueredo, esta última funcionaria de la Fiscalía local.
Los uniformados supuestamente confundieron el vehículo de la familia.
Los agentes involucrados en el crimen fueron el oficial 2° Rubén Pintos, los suboficiales Julio César Arévalos Amarilla, Martín Valdez Silva, Marcos Antonio Orué Cabrera y el funcionario policial Eduardo Miguel Tintel Giménez.
- 20 de agosto de 2011: el requintista Rafael Sanabria Amarilla (19) fue asesinado de un balazo en la espalda por el suboficial 2° Fermín Delvalle Carreras, en el barrio Graciela de Hohenau, departamento de Itapúa.
La víctima y sus amigos venían de una fiesta a bordo de una camioneta e intentaron eludir un retén de la comisaría 12ª local, instalado en el sitio denominado Cruce Obligado, sobre la Ruta VI “Dr. Juan León Mallorquín”, pero fueron perseguidos y detenidos a tiros.
Los jóvenes fueron bajados del vehículo para ser revisados, pero cuando estaban arrodillados se produjo el mortal disparo, supuestamente de manera accidental.
- 30 de agosto de 2010: el camionero Gustavo Muñoz (47) fue ultimado de un balazo en el abdomen por un grupo de 17 policías de la comisaría 1ª Central y del Sistema 911, que lo siguieron supuestamente luego de atropellar una barrera y amenazarlos con un machete.
La víctima salió alrededor de las 2:00 del prostíbulo “El Mango”, ubicado sobre la Ruta I y la calle 10 de Agosto de San Lorenzo, a bordo de su camión Mercedes Benz tipo tumba, y estaba acompañado de dos menores de 14 y 16 años.
Los familiares del fallecido denunciaron que los agentes se quedaron con G. 8 millones que había dentro del vehículo.
- 25 de marzo de 2009: el suboficial ayudante Blas Antonio Velázquez Brítez asesinó de dos balazos a su tío Julio César Brítez, jefe del Registro Electoral de Escobar, departamento de Paraguarí, en represalia porque este lo denunció ante sus superiores por hacer disparos al aire en su casa. El agente fue condenado a 20 años de prisión por el hecho.