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El 28 de julio de 2015, el departamento Contra Delitos Económicos y Financieros de la Policía interceptó una información referente a que dos extranjeros habrían adquirido lingotes de oro y que estaban analizando la forma en que podrían sacar el cargamento del país.
Tras las primeras pesquisas, se determinó que los ciudadanos foráneos involucrados eran José Salazar Tinajero, nacido en México y que entró al país el 20 de junio de 2016, y Manuel Portes Medina, nacido en República Dominicana y que había ingresado al Paraguay el 26 de junio de 2015.
Ambos fueron capturados ayer en Asunción y están imputados por contrabando y reducción.
Los vendedores
La investigación, igualmente, determinó que los vendedores de la carga de oro serían dos paraguayos: Aurelio Toledo y Nilce Shenkel, hasta anoche con paradero desconocido.
Supuestamente, el mexicano José Salazar Tinajero, al asegurar la compra de los lingotes, regresó a su país para organizar la excursión en la que tenía que ser sacada la carga del Paraguay.
Mientras tanto, en Paraguay se iniciaron las gestiones legales para tratar de llevar el metal precioso al exterior. El oro fue ocultado a través de su fundición y mezcla con otros elementos, como plata, cobre, hierro, zinc, plomo y estaño, que estarían contenidos en los lingotes para llevarlos afuera del país y luego volver a separarlos.
Exportador y despachante
El 21 de julio último, la empresa que se prestó para la operación internacional de contrabando, Cristal Esteño SA, emitió en Ciudad del Este una factura de exportación por la venta de 500 kilos de supuesta broncelina, que dijeron es un metal relacionado con el bronce.
El documento detalla que la venta de la “broncelina”, que en realidad contenía oro puro, se cerró en 550.000 dólares, es decir, a 1.100 dólares el kilo.
La firma que figura como compradora es “He Meng IN’TL Investment Group Limited” de Hong Kong, una región administrativa especial que opera prácticamente como un Estado independiente de la República Popular de China.
El representante legal de la empresa Cristal Esteño SA, Gregorio Daniel González Vera, es uno de los principales sospechosos del esquema y que continúa prófugo, pese a que ya fue imputado por el fiscal Aldo Cantero por contrabando y reducción. Este fugitivo tiene otros 13 antecedentes penales, por delitos como estafa, lesión de confianza y violación del derecho de marca.
Al día siguiente de la emisión de la citada factura de exportación, el 22 de julio último, el despachante de aduanas Ricardo Castro Vera, ya detenido e imputado por contrabando y producción de documento público de contenido falso, inició oficialmente las gestiones para intentar sacar el oro del país, siempre declarándolo como si se tratara de “broncelina”.
Un costoso jet privado
Con el escenario preparado en el Paraguay, José Salazar Tinajero, desde Toluca (México) llamó a Atlanta (Estados Unidos) y alquiló un jet privado perteneciente a Didier Marc André, nacido en Bélgica y ahora también imputado como cómplice de contrabando, siempre según los datos que manejan los investigadores de la Policía y que fueron certificados por los funcionarios del Ministerio Público.
De este modo, el día 3 del presente mes, el belga Didier Marc André despegó de Atlanta en su avión jet, pilotado por dos estadounidenses contratados, y recogieron en Toluca al mexicano José Salazar Tinajero y a sus dos guardaespaldas, con quienes después hicieron una escala para reabastecimiento de combustible en Guayaquil (Ecuador), hasta llegar finalmente al aeropuerto internacional “Silvio Pettirossi”, en Luque.
Al día siguiente del aterrizaje de la tripulación extranjera, la misma aeronave citada estuvo a punto de despegar nuevamente de Paraguay con 480 kilos de la supuesta broncelina, pero que en realidad tenía oro puro. El plan de vuelo contemplaba un viaje directo a Atlanta y de ahí, supuestamente, a Hong Kong.
Sin embargo, la oportuna intervención de las autoridades del aeropuerto y de los efectivos de la Policía frustró el contrabando internacional de oro desde nuestro país.
Anoche la Policía detuvo a los mexicanos Juan Ignacio Ontiveros Muñoz y Juan Carlos Jaramillo García, quienes acompañaban a Salazar Tinajero, y fueron imputados por contrabando.