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El jueves último, el suboficial de policía aprovechó la ausencia de su esposa, también policía, para violar a su niñera, señalaron. Debido a la brutalidad del abuso, la niña sufrió graves desgarros en las partes íntimas y una intensa hemorragia. A raíz de esto el abusador trasladó a su víctima hasta el hospital Maternoinfantil de Calle’i, San Lorenzo, donde le dieron los primeros auxilios a la menor. Luego la trasladaron al Maternoinfantil Nº 5 de la capital, debido a que en el otro nosocomio no contaban con anestesia para someterla a una intervención quirúrgica. Tras la denuncia, agentes de la comisaría 1ª Central de San Lorenzo apresaron al sospechoso y allanaron su vivienda, de donde recogieron varias evidencias como ropas y toallas íntimas manchadas con sangre.
Los investigadores señalaron que el sospechoso utilizó preservativo para someter a la niña. Sin embargo, los intervinientes no hallaron el profiláctico en la vivienda.
Pese a este dato el Ministerio Público solicitó ayer de tarde la extracción de sangre del agente, para que luego se puedan efectuar las comparaciones con las muestras que fueron tomadas de la víctima.
Lázaro Giménez reveló que el suboficial Hidalgo Ayala lo llamó el jueves de tarde para avisarle que su hija estaba enferma y que quedó internada. “Me envió un 100.000 guaraníes por encomienda para mi pasaje y me propuso que me mantendría económicamente por un año a cambio de no denunciarlo ante la justicia”, aseguró Giménez.
El sospechoso se negó a declarar ayer ante el Ministerio Público. Sin embargo, la fiscala Claudia Criscioni lo imputó por coacción sexual y lesión grave, que tiene una expectativa de pena carcelaria de 22 años. Vecinos de la Villa 24 de Junio también denunciaron que la menor era maltratada en la casa del agente.
Hermano condenado
El suboficial José Hidalgo Ayala, hermano del principal sospechoso de la violación Santiago Hidalgo Ayala, está condenado a 24 años de cárcel por su vinculación con el secuestro y muerte de Cecilia Cubas.
El citado agente recibió una llamada telefónica de uno de los secuestradores la noche en que dejaron una prueba de vida en su área de cobertura.