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Rojas y Pecci coincidieron en que el dueño de la estancia “San Pablo”, del distrito de Loreto, Augusto Ramón Ruiz Aguilera, negoció con los narcos el alquiler de un camino interno del establecimiento para el aterrizaje de las aeronaves que transportaban cocaína, además de brindarles apoyo logístico con el abastecimiento de combustible.
“El aspecto de significativa trascendencia fue el hallazgo de US$ 15.000 dólares en efectivo en posesión del dueño de la estancia, quien reconoció personalmente que fue el precio negociado para habilitar la pista a esta organización criminal. Esto ratifica una de las modalidades que se desarrollan, en que algunos propietarios de establecimientos o capataces que actúan a espaldas de estos últimos utilizan caminos internos para el aterrizaje de las aeronaves que transportan cocaína”, refirió Pecci en una conferencia de prensa realizada ayer en la base de la Senad, donde se exhibieron las evidencias de la incautación de los 355 kilos de cocaína de una avioneta boliviana el miércoles último.
“Se trata de una organización muy importante integrada por paraguayos y brasileños, que está conectada al Primer Comando Capital (PCC)”, afirmó Rojas.
“Logramos incautar un teléfono satelital con GPS con valiosa información de inteligencia que ayudará a entender el movimiento de esta organización criminal en el país”, enfatizó el director de la Senad.
Alianzas en la cárcel
Luis Alberto Rojas denunció también la confirmación de “alianzas estratégicas y peligrosas” entre grupos de narcos dentro de las propias cárceles del país, desde donde dirigen las operaciones del tráfico de drogas.
“La confirmación de que operan en la cárcel está más que clara, tal como se demostró en la penitenciaría regional de Caaguazú. En los reclusorios se producen las alianzas más estratégicas y peligrosas del narcotráfico en el país”, sostuvo.