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Por su parte, el juez de la causa, Blas Cabriza, señaló que el proceso judicial sigue su curso según los procedimientos legales.
El supuesto depravado fue imputado por “abuso sexual en niños, coacción sexual y violación”, por la fiscala de Paraguarí Patricia Aquino.
Según los datos proporcionados por la madre de la niña víctima, entre el 2 y 3 de agosto último en su ausencia la criatura quedó al cuidado de la abuela paterna y cuando regresó encontró una bermuda de la criatura guardada con manchas de sangre.
Refiere que empezó a indagar a la nena y que se pasaba llorando.
Agregó que la pequeña “paulatinamente contó que fue amenazada que si comentaba lo ocurrido seríamos asesinados sus padres y hermanos y que ella quedaría sola en el mundo”.
Expresa que el sujeto fue detenido el 15 de septiembre y que posteriormente fue derivado a la comisaría departamental de Paraguarí. La madre dice que mediante influencia política sobre la justicia el acusado es privilegiado y permanece en el lugar con posibilidades de ser liberado en cualquier momento.
La progenitora indica que para el lunes pasado recibieron notificación para el examen pertinente a la víctima en la Cámara Gessel (entrevista con psicólogos), pero llamativamente se suspendió debido supuestamente al pedido del defensor del señalado como delincuente sexual.
Menciona también que le dijeron que el sujeto ya está en Tacumbú, pero que pudo comprobar que sigue en Paraguarí.
“Mi hija no se halla más en la escuela, tiene actitudes raras, se esconde en el ropero, ya no quiere jugar. Pido que por favor no quede en la impunidad”, acotó la mujer.
Al ser consultado sobre el caso, el juez Blas Cabriza confirmó que el defensor logró la permanencia del acusado en Paraguarí mediante estrategias legales y que siempre argumenta que el hombre no está en sus cabales.
Señaló que se está requiriendo el resultado del examen hecho al denunciado por la junta médica para luego tomar la decisión sobre su destino final.