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Tras el rescate de la criatura, en un estado tan calamitoso que causó asombro al fiscal Alcides Corvalán y hasta al mismo médico forense interviniente, se abrió una investigación para determinar a los responsables de tan aberrante situación.
La niña, que ni siquiera asistía a la escuela, presentaba secuelas de abusos sexuales que no eran recientes, desnutrición, enfermedades de transmisión venérea, además del VIH sida.
A petición de la fiscalía, el jueves último el juez Óscar Delgado dispuso la elevación de la causa a juicio oral con relación al padre, la tía y la madre. Los dos primeros, actualmente en prisión, están acusados por abuso sexual en niños, maltrato de niños y violación del deber de cuidado.
A su vez, la madre –que no vivía con la niña– ha sido acusada por violación del deber de cuidado, y afrontará el juicio en libertad.
Igualmente está procesado un primo de la niña, también residente en la casa, sindicado por la criatura como uno de sus abusadores.
En el relato de la niña en la entrevista en la Cámara Gesell, la pequeña cuenta, además de los abusos sufridos, cómo una y otra vez advirtió a su madre, a su tía y a su abuela del horror que vivía, pero estas solo atinaron a pedirle que “no contara a nadie”. Ante un profuso sangrado, la madre hizo la denuncia.
La criatura le había comentado a su tía, que también afrontará juicio oral, que su primo había abusado de ella y que le dolía mucho sus partes íntimas. La tía le dijo que le iba a castigar a su hijo, pero que no le cuente el hecho a nadie. Por eso, la mujer fue incluida en el proceso, al igual que el padre de la criatura, que tampoco hizo nada para evitar los abusos sufridos por la niña.
Ahora la madre pide a la jueza de la niñez Graciela Rolón régimen de relacionamiento con su hija. La decisión está en manos de la magistrada de la niñez.
INFORME PSICOLÓGICO
En los informes elevados por la psicóloga Mónica Moragas al juzgado de la niñez y la adolescencia a cargo de la jueza Graciela Rolón, la profesional advierte las siguientes conclusiones:
“Se observa sentimiento de deserción de los padres, temor a ser dejada sola, temor a la agresión o castigo, posible marginación en la constelación familiar, percepción de la figura materna como ausente y de la paterna como autoritaria y agresiva...”.
“ ...Debe iniciarse urgentemente un proceso terapéutico a fin de elaborar la violencia intrafamiliar, así como la situación de abuso vivenciada, para así permitir el desarrollo emocional y psicológico de la niña”.