Sobrino y barrabrava incrimina a secretaria

César Maidana Bazán, imputado por el crimen de Sonia Doutreleau, declaró que su tía Celia Maidana le dijo que si no encontraba un sicario, ella misma iba a matar a su jefa.

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Según el imputado, esto era porque llegaba la auditoría y se iba “a pillar toda la cagada que hizo”. Esta acusación y varios otros indicios complican a Celia en el asesinato de la empresaria, que se registró el 23 de junio pasado.

Maidana Bazán declaró el 1 de julio pasado, a las 14:40, ante la fiscala Fátima Britos. El imputado refirió que iba a aportar datos relativos al hecho, que el Ministerio Público tiene que tener en cuenta. A continuación transcribimos lo que dijo el imputado:

“A mi tía Celia Maidana la conocí hace un mes en un cumpleaños de Teresa Maidana, en un salón de eventos de la ciudad de Ñemby. Fue en el mes de mayo, no recuerdo exactamente la fecha. Después de una semana me levanté por la mañana y revisé mi celular y encontré un mensaje en el WhatsApp, que decía lo siguiente: ‘Hola César, soy tu tía Celia, necesito hablar contigo’; yo le respondí: ‘Sí, tía, no hay problema, coordinamos nomás’. Ella me respondió: ‘Donde a vos te sea mejor, para encontrarnos’, y yo le dije que ‘vivo cerca del supermercado El Pueblo de Lambaré’. Nos citamos para aproximadamente las doce y media en el supermercado. Llegué al sitio y vi la camioneta Mercedes Benz de color champán, en el interior estaba Celia, acompañada de su pareja Gustavo, a quien también conocí en el cumpleaños. Después le pregunté: ¿qué necesitás, tía? Ella me respondió que necesita que le consiga a alguien para que le asuste a una persona, en el sentido de amenaza. Aclaro que me pidió porque dijo que le podía conseguir ya que soy de la barra brava de Cerro Porteño. En ese momento le dije que iba a ver si consigo.

‘Después de unos días me seguía enviando mensaje preguntándome si le conseguí a alguien. Luego, un día martes a las 20:00 horas, aproximadamente, los integrantes de la barra brava ‘La Plaza’ nos reunimos en la casa de un integrante que se llama Aldo. Antes de la reunión estaba sobre la avenida Cacique Lambaré, momento en el cual me escribe Celia preguntándome dónde estaba. Le contesto que estaba en la esquina de Pancholos sobre Cacique, a lo que ella me contesta que estaba cerca y que iba pasar junto a mí. Luego de diez minutos me encontré con ella en el local de Pancholos y ahí me preguntó si le conseguí alguien; le dije que no y me respondió que cómo si son varios en la barra brava de Cerro. Le di un número de celular de Gabriela, apodada Gabi, porque era integrante de la barra brava y amiga mía, que vive sobre la Avda. del Yacht. Después le envié mensaje por WhatsApp a Gabi para que venga a Pancholos, y luego de llegar se queda solo con Gustavo y Celia. Después me retiré para ir a la reunión”.

“Luego de tres días me vuelve a mensajear Celia, me pregunta dónde estaba y le respondo que estaba en la casa de Cintia Maidana, a tres cuadras de la Municipalidad de Asunción. Celia me pregunta hasta qué hora trabajaba y le contesto hasta las 16:00 horas. Me dijo que iba a venir junto a mí en frente de McDonald’s de Mariscal López, al lado del Superseis. Llegó acompañada de Gustavo, a bordo de su camioneta. Me subí y Celia me dijo que tenía un problema de vida o muerte y que solo yo le podía solucionar. Le pregunté: ¿qué querés, tía?, y me contestó: ‘quiero que se le mate a esta persona’, mientras me mostraba la foto de una mujer que tenía en su celular, que es la misma que después de ocurrido el hecho salió en la tele. Mientras me decía eso, nos veníamos trasladando sobre la avenida Mariscal López. Llegamos hasta un lugar que mi tía me mostró, me indicó que era su oficina, ubicada en la esquina del Shopping Británico, y que la mujer cuya foto me mostró era su secretaria, dándome a entender que ella era la dueña. Además me dijo que ella le venía estudiando a su supuesta secretaria y que sabía todos sus movimientos, a qué hora llegaba a la oficina, a qué hora iba al gimnasio. Es decir, manejaba todos sus horarios. Quedamos en veremos, no le aseguré nada porque era muy fuerte lo que me estaba pidiendo”.

“Luego, cuando llegué a casa esa noche, me volvió a insistir y también los días siguientes. Fue en una de estas oportunidades que me preguntó si yo no me animaba a hacer y que si yo no encontraba alguien o ella no encontraba, que ella misma le iba a matar, porque iba a llegar la auditoría y se iba a pillar toda la cagada que hizo. Después, cuando Cerro jugó, no recuerdo contra qué equipo, fue un viernes, en esa oportunidad le comenté a un amigo de barra apodado ‘Chupi’, cuyo nombre no conozco, que mi tía quería mandarle matar a una mujer, y le pregunté si cómo podíamos hacer para sacarle plata, porque yo no me animaba a hacer. Él me contestó que le íbamos a mentir para quitarle un millón de guaraníes y que supuestamente después de hacer todo el trabajo le iba a pagar diez millones de guaraníes. Ese mismo día le dije por mensaje a mi tía que ya conseguí alguien que va a hacer el trabajo y que necesitaba un millón para moverse. Ella me dijo que no había problema y que estaba apurada. Al día siguiente nos encontramos en el estacionamiento del supermercado El Pueblo de Lambaré a las 13:00 horas aproximadamente. Celia estaba acompañada por su pareja Gustavo. Me entregó el dinero y me dijo que el muchacho se tiene que presentar el lunes 16 a la mañana en las inmediaciones de su oficina, para pescar por la chica, y que ese día tenía que matarla”.

Un millón para la farra

“Yo le entregué la plata a Chupi, que en realidad era para organizar una farra, pero no le dije nada de que el mismo debía presentarse el lunes. Ínterin mi tía me pide una prueba de que efectivamente le entregué la plata a Chupi. Entonces saqué una foto de un mensaje de Chupi que me había enviado, en el cual decía que él estaba cerca del lugar, y le envío esa foto del mensaje a mi tía. Todo esto ocurrió el lunes 16 de junio. Luego el lunes, a las 8:30 horas aproximadamente, Celia me envía un mensaje diciéndome que no se presentó el muchacho, que ya llegó la secretaria, que no hizo nada el muchacho y me preguntó qué pasó. Le contesté que el muchacho le engañó con la plata y no se presentó. Al día siguiente mensajea de vuelta y me pregunta por Gabi, y yo ya no le hice caso porque me trató mal, me gritó por teléfono. Es decir, primero me mensajeó y después me llamó, estaba muy enojada por los un millón. Al día siguiente (miércoles) me vuelve a escribir preguntándome por Gabi, y ahí ya no le respondí más. No volví a saber si mi tía se volvió a comunicar con Gabi”.

“Posteriormente, el lunes 23 de junio, por noticias me enteré de lo ocurrido y luego, el miércoles 25 de junio a las 3:00 de la madrugada, vino a mi casa mi tía Cintia Maidana y me dijo que tuvo la oportunidad de hablar con Celia, no me acuerdo bien qué me dijo, ya que estaba dopada, y escuché que mencionó un nombre de Gustavo. Mi tía Cintia me dijo que me vaya lejos porque se me iba a investigar, yo le dije por qué si no hice y no estaba involucrado en el hecho”.

Maidana Bazán negó su participación en el hecho y resaltó que todas las veces que se encontró con Celia, la misma estaba acompañada de su pareja Gustavo.

El abogado defensor, Aurelio Gómez Roa, solicitó la desvinculación de su cliente del crimen.

* LA FISCALA IMPUTÓ A MAIDANA BAZÁN POR LOS HECHOS PUNIBLES DE HOMICIDIO DOLOSO Y ROBO AGRAVADO. EL JUEZ TADEO FERNÁNDEZ CONFIRMÓ AYER LA PRISIÓN Y REMISIÓN DEL ENCAUSADO A LA CÁRCEL DE TACUMBÚ.

* CELIA MAIDANA EN DECLARACIONES A LA PRENSA ASEGURÓ QUE ES INOCENTE Y DIJO QUE NO SE TIENEN ELEMENTOS QUE LA COMPROMETAN EN EL CRIMEN DE LA EMPRESARIA. SIN EMBARGO, LA FISCALÍA REVELA INDICIOS EN SU CONTRA.

* EL ASESINATO SE REGISTRÓ EN LA OFICINA DE CAPACLOR. CELIA FUE LA QUE COMUNICÓ EL HECHO AL 911. LOS AGENTES POLICIALES QUE ACUDIERON AL LUGAR DIJERON QUE ENCONTRARON EN ESTADO DE SHOCK A LA SECRETARIA...

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