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La obra, denominada “Señor Juez, una biografía judicial de Norberto Oyarbide”, cuenta que a principios de 1994 Garbellano regresó a Argentina, procedente de Estados Unidos e Italia, y que abrió un boliche gay denominado “Búnker”.
Posteriormente, Garbellano inauguró un gimnasio y luego trabajó en “Spartacus”, un local ubicado en el barrio de Palermo de Buenos Aires, donde exhibían musculosos taxiboys vestidos con ligeras túnicas, dice el texto.
Según la obra, Luciano Garbellano inició en 1996 una relación con el juez Norberto Oyarbide, a quien además le pagaba US$ 10.000 a US$ 15.000 por mes, a cambio de protección judicial, conforme a la obra de Daniel Santoro.
El actual productor Luciano Garbellano definía el local de “Spartacus” como “el palacio del placer homosexual”. Según refiere el libro, en la entrada principal se encontraba la primera de las videofilmadoras ocultas para filmar a los clientes del Poder Judicial, político, empresario y periodístico.
Las restantes filmadoras estaban en las habitaciones VIP, según la obra.
La ruptura
Luego de ser investigado, Luciano Garbellano admitió en una declaración policial su actividad al frente del prostíbulo “Spartacus” y dio a conocer un video en el que se observaba al juez Norberto Oyarbide en el segundo piso del local, junto a un joven vestido de romano llevándolo a las dependencias del prostíbulo.
El juez Oyarbide señaló que Garbellano intentó extorsionarlo, lo que produjo una ruptura entre ambos.