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El fiscal César Garay fue detenido con G. 50 millones de coima el 27 de abril de este año. Ahora tiene arresto domiciliario.
La víctima fue el ciudadano español Ángel Aja Muela, imputado por estafa, apropiación y evasión de impuestos.
Este caso tuvo una nueva arista cuando el abogado de Muela, César Manuel Bóbeda, expuso el 8 de mayo pasado en audiencia oral ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados su denuncia contra el fiscal Óscar Talavera Labrano y la jueza Adriana Pedretti, quienes al igual que Garay son de Quiindy.
Tras la exposición que incluyó la reproducción de audios grabados por el abogado que ratificaban el pedido de coima, el JEM enjuició y suspendió a Talavera y Pedretti, y remitió los antecedentes a la fiscalía.
El pedido de coima
Durante la sesión del Jurado, el abogado Bóveda explicó la secuencia del pedido de coima y fueron escuchados audios de conversaciones comprometedores.
En ese sentido, el denunciante dijo que la primera comunicación con un intermediario se dio el 9 de agosto del año pasado, pero el 15 de agosto le dieron el monto inicial de US$ 15.000 para la jueza. La coima, en total, fue de US$ 60.000.
En la comunicación con el intermediario identificado como Emilio Alliendre, este le dijo a Bóveda que necesitaba una “comisión” para un fallo favorable y que la jueza necesitaba “un poquito de ‘oxígeno’ para cubrir”.
“Me dice que US$ 15.000 ella quiere, contra entrega de la resolución”, se escucha.
Posteriormente y ante la desconfianza, Bóveda le dijo que su cliente quería hablar con la jueza porque una situación similar ya le pasó y le sacaron dinero sin “cumplir”. El abogado llamó a la misma jueza y esta le corroboró que el “contacto” era Alliendre.
El apriete por todos lados
El fiscal Óscar Talavera Labrano y la jueza Adriana Pedretti, ambos de Quiindy, soportarán una nueva pesquisa por presunto cohecho pasivo agravado (coima) en el Ministerio Público.
Se presume que pidieron por su cuenta también dinero al ciudadano español Ángel Aja Muela, procesado por estafa, apropiación y evasión de impuestos. Si bien la víctima coincide con la del proceso del fiscal César Garay Azucas, los hechos son diferentes, por lo que se cree que cada uno quería su tajada.