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Jamil, considerado el “Padrino” de esta frontera, comenzó a tener serios problemas desde el 8 junio del 2005, cuando el juez federal brasileño Odilón De Olivera inició un proceso contra él y con el propósito de capturarlo allanó su mansión en la ciudad brasileña de Ponta Porá, vecina a esta capital departamental.
Sin embargo, el poderoso empresario de frontera escapó y desde entonces vivió en la clandestinidad por siete años, hasta que la Justicia brasileña decidió levantar todos los cargos que tenía en su contra.
Durante el tiempo en que estuvo prófugo, el juez De Oliveira le inició un juicio por tráfico de drogas, evasión fiscal y lavado de dinero, que lo condenó a más 30 años de prisión. También dictó una orden de captura internacional y la confiscación de todos sus bienes.
La Justicia brasileña investigó además a toda su familia y sus socios comerciales de esta frontera. Pero los abogados de Jamil, Josephino Ujacow y René Siufi, sostuvieron que ninguna de las acusaciones basadas por De Oliveira para condenar a su defendido fueron comprobadas, sino que “eran apenas obras de la fértil imaginación acusatoria de este juez”.
De vuelta a la frontera
Una fuente cercana a Fahd Jamil refirió que el empresario de frontera estaría en estos momentos en el hospital Sirio-Libanés de San Pablo, para un chequeo médico, y que en cualquier momento podría retornar a Ponta Porá.
El “Padrino” tiene muchas cosas pendientes que resolver en esta frontera.