Facción de la barra de Cerro quiso vengarse y perdió a otro miembro

El asesinato a tiros del barrabrava de Cerro Porteño Matías Sebastián Ortellado Mendoza (23), ocurrido fuera del estadio de Sol de América, se trató en un intento de venganza de la facción Comando, que al final perdió a otro de sus líderes en menos de un mes.

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Para la Policía, resulta categórico que la emboscada en la que falleció Matías Ortellado, el domingo último en Villa Elisa, en realidad fue planeada por sus propios compañeros de la facción “Comando” de la barra brava de Cerro Porteño, en un intento por cobrar venganza contra la otra hinchada organizada del mismo club, “La Plaza”.

El fatídico ataque supuestamente venía preparándose desde el 20 de abril pasado, cuando falleció Jesús Alberto Monín Silva, de 22 años, un referente del grupo Comando en el barrio Villa Bonita de Villa Elisa.

Jesús perdió la vida al ser atropellado por un vehículo cuando intentaba escapar de una batalla campal que se desató frente al estadio La Nueva Olla, luego de que Cerro perdiera el superclásico contra Olimpia.

Como el automovilista que mató a Jesús nunca apareció, los miembros de Comando culparon a los integrantes de La Plaza. A partir de ahí, recrudeció la rivalidad entre ambas parcialidades, pese a que en los últimos meses sus respectivos cabecillas venían conversando para alcanzar la paz.

Las amenazas de Comando contra La Plaza se produjeron principalmente en las redes sociales, según los datos que también manejaba el departamento de Seguridad en Eventos Especiales y Deportivos, unidad policial que trabaja directamente con las hinchadas organizadas.

Como el último partido de Cerro en este campeonato se iba a disputar en Villa Elisa, los miembros de Comando de esa ciudad prepararon la venganza, que se inició cuando atacaron con petardos 3x3 a los integrantes de La Plaza que estaban formando fila para entrar al estadio de Sol de América.

El jefe de la comisaría 13ª de Villa Elisa, comisario principal Arsenio Correa, dijo que el hecho fue premeditado y bien planificado, ya que cuando estalló el primer petardo automáticamente se inició el ataque. 

Correa fue testigo directo del crimen, porque iba escoltando con sus subalternos a unos 400 integrantes de la facción Comando que marchaban sobre la avenida Von Polesky, desde la avenida Defensores del Chaco.

Las imágenes de los sistemas de circuito cerrado de varios negocios grabaron a los integrantes de Comando acorralando y atacando con todo lo que podían a los de La Plaza, incluso con armas de fuego, a las 19:30 del domingo. Dos minutos después, los de La Plaza reaccionaron y provocaron que sus adversarios se replegaran, mientras los policías pedían socorro.

Una cámara de seguridad grabó claramente al que sería el asesino, a las 19:32, cuando aparece entre los de La Plaza, saca un arma de fuego de su cintura y efectúa al menos tres disparos hacia donde corrían los de Comando. Desgraciadamente, Matías acusó los tres tiros.

La víctima era uno de los jefes de la facción Comando de Lambaré, que aglutina a hinchas de algunos barrios populosos como San Isidro, Santa Rosa y Puerto Pabla.

Policías de Investigaciones del departamento Central fueron asignados para buscar al tirador, que usaba una campera con capucha roja, un short de jean y un champión azul.

Diego Sebastián Araldi Giménez, de 22 años, capturado en inmediaciones, al final, no fue reconocido como sospechoso, pero quedará preso por otros procesos que tiene pendientes.

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