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Los dos convictos expulsados del país son Carlos Henrique Silva Cándido Tavares, de 39 años, y Ozziel Rizzo de Sá, de 37 años, quienes fueron entregados a la Policía Federal del Brasil en el Puente internacional de la Amistad de Ciudad del Este.
Los dos brasileños cumplían una sentencia de 14 años de encierro luego de que fueran capturados juntos el 19 de noviembre de 2014 en Santa Rita, departamento de Alto Paraná.
Fue al deponer las armas y rendirse ante la Policía tras una tensa negociación que duró más de ocho horas y que se inició cuando tomaron de rehén a una familia en un asalto domiciliario.
Los otros dos integrantes de la banda resultaron abatidos en aquel histórico procedimiento. Los cuatro criminales que actuaron en Santa Rita había escapado poco antes de la cárcel de Foz de Yguazú, Brasil.
Su “estadía” en el país
Carlos Henrique Silva Cándido Tavares y Ozziel Rizzo de Sá estaban encerrados últimamente en el Centro de Rehabilitación Social (Cereso) de Cambyretá, departamento de Itapúa, adonde habían sido derivados hace un par de meses desde la penitenciaría nacional de Tacumbú.
Inicialmente, estuvieron recluidos en el penal de Ciudad del Este y después pasaron al cuartel de la Agrupación Especializada de la Policía Nacional, en Asunción.
Sin embargo, los privilegios con los que contaban los dos brasileños y casi todos los otros presos civiles de la Agrupación Especializada fueron abolidos después de que en noviembre pasado el jefe del Comando Vermelho apodado Marcelo Piloto asesinó a una joven paraguaya que lo visitó en su celda, con el objeto de quedar preso en Paraguay y evitar su extradición al Brasil, algo que al final no lo consiguió.
Pero el desalojo masivo de los convictos civiles se consumó recién un mes después, cuando escaparon del cuartel policial los que en ese momento eran los principales líderes del PCC encarcelados, Thiago Ximenes y Reinaldo de Araújo. El primero fue recapturado y entregado al Brasil y el otro resultó abatido.
Actualmente, siguen presos en la Agrupación Especializada 17 civiles y dos exagentes especiales de la Senad, pese a que el Gobierno había anunciado que iba a desalojar a todos.
La nómina de presos civiles de la Agrupación la encabezan los políticos colorados Oscar González Daher y su hijo Oscar González Chaves. También están los principales secuestradores del país y los asaltantes considerados más peligrosos.
Igualmente, siguen en la unidad policial el brasileño Edmar Reis de Almeida y el libanés Nader Mohamad Farhat.