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Su familia recibió un llamado de la mujer cuatro días después, el 16 de julio. En la breve comunicación, Rosalía dijo que estaba en San Pablo, Brasil, y que regresaría en unos días.
La señora Arminda Escobar, madre de Rosalía, presentó una denuncia por desaparición el 29 de julio de ese mismo año, ya que habían perdido contacto con su hija.
Semanas después, la familia se enteró de que Rosalía Amarilla Escobar había sido detenida en Beijing, China, al intentar introducir al país más de tres kilos de cocaína entre sus prendas. La desesperación de los familiares de Rosalía subió de tono cuando fueron notificados de que ella había sido condenada a la pena de muerte, por el delito de narcotráfico.
Desde entonces, la familia de la paraguaya inició una lucha casi en silencio y completamente sola, debido a que Paraguay no tiene relacionamiento diplomático con China.
Finalmente, a mediados de diciembre de 2014, más de dos años después de que la sentencia de Rosalía fuera dilatada, el Paraguay se enteró del caso a través de los medios de prensa.
A partir de allí, el Gobierno articuló todo tipo de mecanismos para intentar evitar la ejecución de la compatriota, pero aparentemente no logró sensibilizar al estricto y severo sistema judicial chino.
En Paraguay, la familia de Rosalía alega que fue captada por una red que opera en la Triple Frontera y que fue enviada al continente asiático bajo engaños. Hoy, la suerte de la paraguaya depende de un gobierno con el que no tenemos vínculos y que, lastimosamente, nunca accedió a rever una determinación de esta magnitud.