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VILLARRICA (Carlos Ávalos, corresponsal). El menor de edad ahora detenido, de hecho, desde un principio fue uno de los principales sospechosos del brutal ataque en el que resultaron asesinados el suboficial mayor de Policía Hugo Armando Fariña Baeza (39 años), su esposa María Villaverde de Fariña (35) y los hijos de ambos, Israel (12) e Isabel (6). Cabe mencionar que la señora estaba embarazada de cinco meses, por lo que en total son cinco las víctimas.
El menor de edad es sobrino del matrimonio y prácticamente vivía con ellos en la casa del barrio San Miguel de esta ciudad, hasta que fue echado luego de que le robara a su tío policía una pistola calibre 9 milímetros, el 28 de agosto pasado, presuntamente para solventar su adicción a las drogas.
El arma reglamentaria, sin embargo, ya fue recuperada el lunes último del poder de Mario Antonio Benítez González (36), quien fue apresado justamente gracias al testimonio del adolescente, quien hasta ese entonces era utilizado solo como testigo.
Los datos aportados por el menor de edad, a su vez, llevaron ayer a los investigadores de la Policía a efectuar otros cinco allanamientos en Villarrica. En uno de ellos fue arrestado otro implicado, Héctor David Velázquez (29), quien tenía dos celulares que pertenecían a la familia masacrada.
Tras la serie de operativos y ante la contundencia de las evidencias, el juez Miguel Cardozo Vázquez ordenó la detención también del chico de 14 años. Posteriormente, la comitiva revisó de nuevo la escena del brutal crimen, donde encontraron un cuchillo de mesa usado en el feroz ataque. El arma homicida estaba escondida en el baño, debajo de la papelera.
Un revólver
Pese a la recuperación de los celulares y de un cuchillo, aún resta encontrar el revólver calibre 22 con el cual fueron ejecutados, primero el policía, luego su esposa embarazada y finalmente el niño de 12 años, todos en la misma pieza, mientras dormían.
Como se le acabaron las balas, el asesino de la familia usó el cuchillo de mesa para matar a la niña de seis años, quien fue la última en morir al ser atacada salvajemente en su habitación.
El chico de 14 años habría entrado a la casa con una copia de la llave de la puerta que había conservado tras ser echado por sus tíos.