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El incendio se inició ayer aproximadamente a las 17:00, por causas aún desconocidas, pero el mismo presidente de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), ingeniero Víctor Romero, aclaró anoche en una conferencia de prensa en el lugar que en el área no había elementos que pudieran desencadenar semejante siniestro.
Aparentemente, los transformadores, que estaban depositados sobre el suelo, ardieron uno tras otro, en cadena, y no dieron oportunidad a los funcionarios que estaban en el predio para detener las llamas.
En menos de media hora, el fuego alcanzó proporciones descomunales, con una columna de humo negro y tóxico de hasta 100 metros, lo que alarmó a toda la ciudadanía.
Emergencia general
El pánico creció aún más cuando se filtró el dato de que los artefactos que se incendiaban podrían contener una sustancia conocida con el nombre comercial de askarel, cuyo uso justamente ya había sido restringido por su peligrosidad y especialmente después de un accidente en la represa de Acaray, una década atrás.
En un momento dado, los bomberos hasta tuvieron que declarar emergencia general y sugirieron evacuar toda la zona de la compañía Laurelty, en el límite entre los distritos de Luque y San Lorenzo, ante las posibles consecuencias de la propagación del askarel.
La situación se descontroló por momentos, cuando se anunció que ya no había suficiente espuma para combatir el fuego, debido a que inicialmente la utilización del agua resultaba inútil.
Sin embargo, después de más de cuatro horas de intenso combate desde una distancia no menor de 50 metros del foco de las llamas, los bomberos finalmente pudieron controlar el siniestro, fundamentalmente con los carros de espuma de los equipos de emergencia del aeropuerto “Silvio Pettirossi” y de Petropar.
Consecuencias para miles de vecinos
El nivel de toxicidad de la espesa humareda que generó el incendio sería determinada específicamente recién después de un estudio para saber qué tipo de sustancia contenían los aceites vegetales que actuaban como aislantes y que estaban contenidos en los transformadores incendiados.
Ni siquiera el presidente de la ANDE fue claro al explicar si los artefactos contenían o no el askarel, aunque el comandante del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay (CBVP), Carlos Torres, confirmó que las llamas afortunadamente no llegaron a un depósito especial donde estaban contenidos importantes volúmenes del peligroso líquido.
Torres aprovechó también para quejarse de que el Ministerio de Hacienda aún no se anima a discutir sobre el presupuesto que tiene que ser asignado a la institución.
El Ministerio de Salud tendría que iniciar en la zona un estudio para determinar el impacto y las eventuales consecuencias en la inhalación de gases.