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La demanda fue presentada por Adriana Zayas y Ángel José Genes bajo patrocinio del abogado Carlos Giménez Vallejos. El niño cumplió cuatro años estando internado y falleció poco después. La mamá dijo que llevaron el caso ante la Fiscalía “por los demás padres que aún tienen sus hijos” y porque “queremos que esto se aclare, que nos expliquen qué fue lo que pasó”.
La mamá contó que entre el 17 y 20 de abril llevó al niño a consultar con su médico de cabecera por un cuadro de tos, pero pese a la medicación el chiquito tuvo fiebre, catarro y vómitos, lo cual le impedía el consumo de los remedios.
En estas circunstancias el 20 de abril a las 11:00, dice la denuncia, los padres llevaron al niño al sanatorio Central y como el seguro no cubría la atención con el médico de cabecera, aceptaron ser asistidos por la pediatra Ruth Gamarra, del sanatorio Medicost, quien llegó a las 19:00 y al inspeccionarlo informó a los papás que el pequeño no tenía problemas en las amígdalas, pero parecía tener apendicitis.
Luego de un análisis de sangre la médica les informó que había glóbulos blancos elevados que indicaban una peritonitis y que debían operar al niño con urgencia.
“Les pedí que le practicaran una ecografía abdominal, pero me dijeron que no había tiempo, que era urgente y que el cirujano infantil Fredy Velázquez ya estaba llegando”, refirió la denunciante, y que insistió con la ecografía, pero le afirmaron en distintas ocasiones que “no había tiempo”.
Para la cirugía el niño fue trasladado al sanatorio Internacional. Según la madre, hasta ese momento el pequeño se encontraba lúcido y jugaba sin inconvenientes. En el citado hospital, siendo anestesista Jorge Gamarra, el chiquito fue sometido a la cirugía, que supuestamente debía durar 50 minutos. Empero, luego informaron a la familia que se complicó la situación y que el niño tenía inconvenientes respiratorios, cardiológicos, y fue ingresado a terapia intensiva.
Según la denuncia, el 24 de abril informaron a la familia que el niño tendría muerte cerebral y, después de barajar distintas posibilidades, entre ellas el traslado a un hospital de Asunción, los padres decidieron llevarlo al hospital Costa Cavalcanti de Foz de Yguazú, Brasil. Ahí les dijeron que no había sepsis, sino un cuadro viral fácilmente tratable en principio, pero confirmaron la muerte cerebral del pequeño.
“Acá nos hablaron de una supuesta peritonitis, de un shock séptico, un paro cardiorrespiratorio. Así lo trasladamos a Foz, donde los médicos quedaron desconcertados; no entendían cómo Ángel Mathías llegó a ese cuadro, no encontraron la sepsis de la que acá nos hablaban. Entregamos nuestras vidas, pusimos la vida de nuestro bebé en sus manos, y allá nos enteramos de que no había esa sepsis. Concluyeron que no existió la peritonitis, que no había rasgos de esa infección”, señaló la denunciante.
Responsables del sanatorio Internacional dijeron que el niño llegó de otro hospital de menor complejidad con un cuadro apendicular agudo e ingresó a cirugía con sepsis y dificultad respiratoria. En el acto quirúrgico el pequeño tuvo un paro cardiorrespiratorio del cual se le recuperó y pasó a UTI, donde permaneció internado durante dos días, acompañado por todo el equipo médico, hasta que los padres decidieron trasladarlo a un hospital de Foz de Yguazú.