Denuncia por tráfico contra policías está impune, dicen

A más de dos meses de la detención del locutor Eduardo González (26), de la radioemisora El Trigal FM de la ciudad de Fram, por un presunto caso de posesión y tráfico de drogas, el proceso está sin ningún avance, expresa dicho comunicador y dice que le incriminaron en represalia por sus denuncias.

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CARMEN DEL PARANÁ, Itapúa (De nuestra redacción regional).El trabajador de radio reclama que el proceso judicial en el que fue involucrado falsamente se desarrolle de una vez para que pueda concluir, y que sean investigados como corresponde los agentes policiales a los que acusa.

“Yo llevo más de dos meses preso, sin poder trabajar. Tuve que abandonar la universidad, mientras que los policías que me plantaron la droga fueron beneficiados con traslados desde la comisaría de Fram a una comisaría en Encarnación, y siguen en funciones sin ningún problema. Ni siquiera son investigados”, se quejó el locutor.

González fue imputado por el supuesto hecho punible de tráfico de drogas por la fiscala Laura Benítez, de la unidad de lucha contra el narcotráfico de la fiscalía de Encarnación.

El comunicador había sido detenido en la madrugada del 22 de septiembre último por una patrulla de la Policía Nacional de la comisaría de Fram, a la salida de una fiesta bailable que se llevó a cabo por el Día de la Juventud, donde el mismo hizo el papel de animador.

El procedimiento, en el que los uniformados afirman haber encontrado unas seis bolitas de “crack” en un bolso del trabajador de prensa, estuvo rodeado de irregularidades, según González.

“Fue una represalia”

Este denunció que le “plantaron” la droga con el objetivo de incriminarle en un delito como represalia por las constantes denuncias que realizaba a través de su programa radial por los casos de abigeato que azotaban la zona, ante la inacción policial.

“Llevo casi dos meses pidiendo que se realice la audiencia preliminar, ante el juzgado que entiende en la causa, mientras tanto vivo de la caridad de mis familiares, sin poder trabajar. Yo era el sustento económico de mi anciana madre y ahora dependo de ella para comer”, señaló el entonces trabajador de la radioemisora El Trigal FM de la ciudad de Fram.

Luego cuestionó la facilidad con que unos funcionarios, violando la ley, como ponerle droga para incriminarle falsamente, pueden destruir la vida de una persona mientras los responsables gozan de total impunidad.

“Ellos siguen trabajando, la sociedad les pone un arma en la cintura, les paga un sueldo, les da vehículos y combustible para que hagan lo que quieran, destruyan a quien quieran, sin que pase nada”, lamentó.

Los antecedentes del caso se remontan a la madrugada del 22 de septiembre pasado, cuando fue detenido por agentes de la comisaría número 10 de Fram luego de terminar su trabajo de animador en una fiesta bailable que se llevó a cabo en el salón polideportivo municipal de la localidad.

La confabulación

El suboficial Sergio Damián Ávalos, subjefe de la citada comisaría, junto con otros policías le detuvieron al locutor Eduardo González a media cuadra del local social que minutos antes había abandonado y le requirieron el documento de su motocicleta, para así iniciar la trama, según explicó el denunciante.

Agregó que, como no tenía en ese momento los papeles del biciclo, “me dijeron que me harían el alcotest. Para eso me llevaron hasta la sede de la Policía Caminera, en Encarnación (a 50 kilómetros), luego me llevaron de vuelta a la comisaría, donde Ávalos me pegó por la cara, entonces revisaron mi mochila y supuestamente encontraron la droga”.

Dijo también que durante todo el trayecto de ida y vuelta en la patrullera “ellos tenían mi mochila, y también cuando bajé para el alcotest. En ese momento me pusieron la droga”. “Acá lo que se tendría que investigar es de dónde los policías sacaron los moñitos de crack para incriminarme”, agregó.

El jefe de policía de Itapúa, Crio. Ppal, Gerardo Sosa, había prometido una profunda investigación para deslindar responsabilidades, pero hasta ayer nada se sabía de resultado alguno de la supuesta pesquisa.

Como una medida preventiva, el jefe de policía departamental había ordenado el traslado del jefe de la comisaría de Fram, subcomisario César Bareiro, pero fue llevado como jefe de la Comisaría Cuarta de Encarnación, y trasladó al resto del personal policial a diferentes sedes de la fuerza.

Llamativamente, desde que se produjo el alejamiento del grupo policial, cesaron las denuncias de casos de abigeato en Fram.

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