Declaraciones echan más confusión a quíntuple homicidio de una familia

Las imputadas por el quíntuple homicidio de una familia, pese a que negaron ser cómplices de la masacre, en sus declaraciones indagatorias plantearon más interrogantes. Una de ellas estuvo alojada ocho días en la “casa del horror” y afirmó ser víctima de rapto de Bruno Marabel, principal sospechoso.

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Gricelda Acosta y Linda Insfrán, abogadas de Alba Armoa (18), imputada por complicidad del múltiple homicidio, indicaron que su cliente declaró que fue víctima del presunto autor del crimen, Bruno Marabel.

Las defensoras señalaron que por unos 10 días Armoa fue coaccionada para permanecer en la “casa del horror”, donde ocurrió el crimen.

Cada vez que Marabel salía de la casa, Alba quedaba “llaveada”; esto fue a partir del 29 de setiembre aproximadamente. Marabel le dejaba la llave para que la joven “salga” de la vivienda, pero la llave no era la correcta, indicaron.

Alba refirió que durante ese tiempo solamente percibió un olor a orín y de materia fecal de perro.

Karina Armoa, madre de Alba, dijo a los medios de comunicación que su hija por temor no contó lo que sabía del crimen, por las amenazas recibidas por parte de su novio, el supuesto autor.

Marabel invitaba a sus compañeros de trabajo de un local gastronómico para compartir encuentros en la casa donde se cometió el múltiple crimen, como si fuera su vivienda, refirieron las allegadas a Alba.

Marabel, también el 30 de setiembre pasado, vendió una heladera por G. 300.000 a la tía de Alba Armoa, identificada como Marcela Matto. Alegó que iba a viajar a otro país y que por eso se estaba deshaciendo de muebles y electrodomésticos, explicaron.

Para los investigadores, algunos datos no encajan con las declaraciones. Por ejemplo, el 2 de octubre una de las víctimas, Julio Rojas Delvalle (52), aparece en un vídeo de circuito cerrado, pero a su familia ya habrían matado antes.

Marabel estaba ocupando la vivienda de las víctimas desde el 29 de setiembre, según las declaraciones.

Con relación a la imputada María Araceli Sosa Díaz (23), quien también declaró ayer, su abogado Néstor Candia dijo que su cliente explicó que tuvo una relación cercana con Marabel, por unos 20 días antes del hecho. Ratificó que el 2 de octubre encontraron a Rojas, pero que nunca les vio a las otras víctimas. Marabel no se mostró sospechoso y trabajaba normalmente en Burger King, dijo el defensor.

Marabel fue imputado por el feminicidio de su esposa, la luchadora de kick boxing Dalma María Rojas Rodas (25), y por homicidio doloso del que resultaron víctimas los padres de esta mujer, Julio Rojas Delvalle (52) y Elva Graciela Rodas de Rojas (51), así como los hijos de Dalma, Cristian Santino Barrios Rojas (6) y Saulo Pío Nahir Rojas (4).

El hecho ocurrió en una vivienda ubicada en Oliva casi Montevideo.

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