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“Lo último que sería es antiestadounidense, pero siempre voy a llamar las cosas por su nombre, y si hay políticas internacionales perniciosas con mi país y para nuestra América, las denunciaré frontalmente”, afirmó Correa desde Quito.
“La relación (con EE.UU.) siempre ha sido de mucha amistad, mucho cariño, pero en un marco de mucho respeto y soberanía. Personalmente, yo viví cuatro años en EE.UU. Quiero y admiro muchísimo al pueblo de EE.UU.”, dijo Correa a Assange, quien, a su vez, se encuentra en arresto domiciliario en Londres. No obstante, denunció que “unidades enteras claves de la policía estaban absolutamente financiadas por la Embajada de EE.UU.” y sus “directores eran seleccionados por el embajador de EE.UU. y pagados por EE.UU.”.
“Una de las causas del malestar policial es que nosotros cortamos toda la financiación de la Embajada de EE.UU. a la policía. Cortamos todo eso y algunos aún añoran esas épocas, pero nunca volverán a nuestro país”, subrayó.
Además, rechazó los temores que tienen algunos periodistas, como destacó el propio Assange, de que el poder estatal pueda limitar la libertad de expresión en América Latina y concretamente en Ecuador.
“El hecho de que la prensa se sienta libre para criticar al Gobierno pero no a un banquero fugitivo y los negocios que tiene su familia revela mucho dónde reside el poder en Ecuador. Es uno de los mensajes que reveló WikiLeaks y no la prensa ecuatoriana”, subrayó Correa.