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PEDRO JUAN CABALLERO (Cándido Figueredo Ruiz, corresponsal).El capomafioso fue localizado en su propiedad situada en la colonia Cristino Potrero, a 400 metros de la línea internacional y 10 kilómetros antes del centro de Capitán Bado, ciudad paraguaya fronteriza con el municipio brasileño de Coronel Sapucaia, en el departamento de Amambay.
Los agentes especiales de la Senad, que estaban acompañados por el fiscal Samuel Valdez Céspedes, sin embargo, fueron recibidos con incesantes disparos de fusiles y pistolas, efectuados por “Barón” Escurra y sus cuatro guardaespaldas, que también fueron reducidos.
Los “capangas” apresados resultaron ser Bartolomé Rolón Escurra (29), Rony Daniel Escurra Espínola (20), Eder Rafael Escurra Espínola (18), todos paraguayos y que serían sus sobrinos, y el brasileño Washington Fernando Caetano (35).
En el inmueble, la comitiva halló porciones de drogas, armas de guerra, municiones, vehículos y otras evidencias.
Su foja
Felipe Escurra Rodríguez, más conocido como Barón Escurra, nació el 26 de mayo de 1977 en Capitán Bado.
Se inició en el mundo de las drogas como secretario de Líder Germán Cabral Amarilla, más conocido como Líder Cabral, quien actualmente cumple una sentencia de 43 años en Brasil.
Líder Cabral, a su vez, fue el heredero de todos los negocios del temido clan Morel, exterminado tras una sangrienta guerra contra el poderoso narco brasileño Fernandinho Beira Mar.
Barón Escurra, supuestamente, ordenó el atentado en el que murieron el presidente de la Junta Municipal de Capitán Bado, Epifanio Palacios (ANR), y otras dos personas, el 6 de marzo de 2008. Fue presuntamente en represalia por el dantesco ataque a tiros ocurrido solo cuatro días antes, en la misma ciudad, donde perdieron la vida un hermano de Barón Escurra y otros seis hombres.
En 2010, habría también autorizado el acribillamiento de otro “pez gordo” badeño, Gerardo Heliodoro Sánchez Martínez, alias Quelá, con quien se disputaba el negocio ilícito.
Barón Escurra perdió, en setiembre de 2011, dos estratégicas pistas clandestinas que utilizaba su red para descargar drogas en Capitán Bado y que fueron destruidas por la Senad.
El capomafioso, molesto por el operativo, planeó el asesinato del corresponsal de ABC Color, Cándido Figueredo, debido a las publicaciones de este que se referían a las pistas destruidas.
La Policía brasileña, de hecho, interceptó y difundió una comunicación entre Escurra y un criminal brasileño preso, con quien hablaba sobre el inminente atentado contra el periodista.
Además de sus antecedentes y órdenes de captura en Paraguay, Escurra también soporta orden de detención en Brasil por tráfico de drogas y lavado de dinero.