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CARACAS (EFE).El desplome de los precios del crudo, principal fuente de ingresos de Venezuela, ha ido estrechando la holgura económica del país con las mayores reservas de petróleo del mundo que ha visto disminuir sus ingresos en, al menos, un 30 por ciento.
Un informe del Banco Central de Venezuela (BCV) emitido el pasado martes reflejó que el país entró técnicamente en recesión con una contracción del Producto Interior Bruto durante lo tres primeros trimestres del año 2014, el primero se contrajo un 4,8 por ciento, luego un retroceso de 4,9 por ciento y en el tercero 2,3 por ciento.
Ese mismo día, el Mandatario venezolano anunció un plan de recuperación para la economía venezolana, para acometer lo que él considera una “guerra económica” en su contra, con un programa que incluye recortes del gasto público y un nuevo sistema cambiario que avizora una eventual devaluación, y del que aún se esperan detalles.
Las señales que envía la economía venezolana han ido mermando la confianza de los mercados internacionales y de las calificadoras que han calculado el riego del país en uno de los más altos de la región, lo que, según Maduro, obedece a “causas políticas” para que la nación no pueda acceder a créditos.
“Hoy por hoy los mercados están totalmente cerrados, Venezuela no puede acceder al mercado financiero”, dijo el director de la firma Econométrica, Henkel García.
Según el economista, difícilmente países que hayan sido financistas de Venezuela vuelvan a dar crédito al país sin ningún tipo de ajuste hacia lo interno que garantice la posibilidad de pago.
Durante 2015, Venezuela deberá cancelar una deuda estimada en 12.000 millones de dólares, un desembolso importante para un país que ha disminuido notablemente sus ingresos y cuya reservas internacionales rondan los 22.000 millones de dólares, lo que aumenta los temores de que entre en suspensión de pagos.
Asimismo, García considera que “si el Gobierno sigue por el camino actual de inacción o de ajustes tímidos en materia cambiaria, la probabilidad de impago será muy elevada, porque Venezuela no tiene las divisas para cumplir y menos ahora con los precios del petróleo cayendo”.
El profesor de Economía de la Universidad Central de Venezuela, Luis Oliveros, es de los que piensan que, pese a que los compromisos internacionales son altos, la probabilidad de impago es muy baja porque Venezuela pierde mucho más de lo que ganaría con la suspensión de pagos al poner en riesgo sus activos en el exterior.
Además, consideró como un elemento importante que cerca del 98 por ciento de los bonos de deuda externa que tiene Venezuela fueron emitidos en el gobierno del fallecido Hugo Chávez (1999-2013), padre político de Maduro.