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La votación fue “lamentable y terrible” para los derechos humanos, señaló también a EFE el presidente de Human Rights Foundation, Thor Halvorssen, quien vaticinó que los representantes de Venezuela se dedicarán a bloquear con “procedimientos técnicos y artimañas” cualquier intento de denunciar violaciones “en su país o de sus aliados”.
El gobierno de Hugo Chávez ha recibido diversas denuncias por violación de derechos fundamentales.
Organizaciones como Human Rights Fundation o UN Watch criticaron la entrada de Venezuela, Costa de Marfil, Emiratos Árabes, Etiopía, Gabón, Kazajistán y Pakistán.
El CDH, con sede en Ginebra, cuenta con 47 puestos, de los cuales en la votación de ayer se renovaban 18, que fueron cubiertos por Venezuela, Alemania, Argentina, Brasil, Corea, Costa de Marfil, Emiratos Árabes, Estonia, Etiopía, Gabón, Irlanda, Japón, Kazajistán, Kenia, Montenegro, Pakistán, Sierra Leona y EE.UU., este último reelegido para un segundo mandato de 3 años.
Para el presidente de HRF, Thor Halvorssen, la votación “le resta credibilidad” al Consejo, pues ha abierto las puertas a países con un historial que a su juicio “deja mucho que desear”.
“¿Cómo es posible? No es una cuestión de norte o sur. Aquí se debate entre lo que está bien y lo que está mal, entre derechos humanos y violadores de derechos humanos”, dijo Halvorssen, para quien lo único que resta por hacer es “seguir exponiendo” ante la opinión pública a los países que violan los derechos humanos.
Por su parte, el embajador venezolano, Jorge Valero, declaró que “es una victoria abrumadora y sin precedentes de la revolución bolivariana que demuestra el apoyo de la comunidad internacional a nuestras políticas”.
Afirmó que a su gobierno “no le preocupa” la opinión de esas organizaciones defensoras de los DD.HH. que según la posición oficialista venezolana “son instrumentos de potencias extranjeras que financian a la subversión” en el país.