Opositores siguen denunciando la persecución del régimen chavista

La venezolana Lilian Tintori, esposa del encarcelado opositor Leopoldo López, denunció ayer que durante la campaña electoral tanto ella como miembros de la alianza opositora han sido víctimas de hostigamiento e incluso de un sabotaje al avión en el que viajaban, cuyo objetivo era asesinarles en la misma semana en que un dirigente opositor murió baleado.

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MADRID y CARACAS (EFE y AFP). En una carta que publicó ayer el diario español “El Mundo” , Tintori reitera que el Gobierno está ejerciendo “terrorismo de Estado” contra la oposición, y aclara que ella y sus colaboradores han sido “blanco de agresiones muy graves” durante la campaña para las legislativas del próximo 6 de diciembre.

“El miércoles 25 de noviembre sufrimos dos atentados” , relató la opositora en la misiva, en la que explica que el primero tuvo lugar en el aeropuerto de isla Margarita, cuando se disponían a realizar un acto de campaña y les “tuvieron retenidos por más de tres horas en el aeropuerto de Porlamar”.

Hasta allí, prosiguió, el equipo fue en dos aviones.

“El segundo avión, donde venían seis miembros de nuestro equipo, más el piloto, tuvo un fallo en los frenos al aterrizar, se salió de la pista y se incendió con los pasajeros dentro. Afortunadamente pudieron escapar del fuego, pero un experto consultado considera que el accidente fue producto de un sabotaje”, denunció.

Ese mismo día, recordó, fue cuando el opositor Luis Manuel Díaz fue asesinado durante un acto de campaña, en el que ella estaba presente.

“Sentí unos tiros, aproximadamente 10, y me lancé al piso, donde me salpicó la sangre y los casquillos de las balas”, recordó.

“Ante la censura, la persecución y el hostigamiento es crucial que el mundo sepa lo que estamos viviendo en Venezuela y el Gobierno sepa que está siendo vigilado de cerca y que no puede actuar impunemente mientras ejecuta terrorismo de Estado sobre activistas y líderes”, argumentó.

Hegemonía mediática

Como todo un presentador de entretenimientos, el gobernante venezolano Nicolás Maduro acostumbra a tuitear desde una tableta en su programa televisivo semanal, pero en esta recta final de la campaña electoral aceleró la interacción con sus 2.560.000 seguidores en Twitter.

Sus opositores, en desventaja ante la hegemonía mediática chavista, tampoco están para ceder el espacio libre de las redes sociales, menos aún si varias encuestas les dan por primera vez posibilidades reales de obtener la mayoría en un parlamento controlado por el chavismo desde hace 16 años.

“La gente se enfrenta a un escenario en el que el Gobierno controla la mayor cantidad de medios posible, lo cual genera desinformación. Si bien las redes no son salvadoras, funcionan para un segmento”, comentó Luis Carlos Díaz, experto en redes sociales.

Desde la cancelación en 2007 de la frecuencia de Radio Caracas Televisión (RCTV), canal más antiguo del país y crítico de las políticas del entonces presidente Chávez, el Gobierno arreció su política de control mediático.

En 2009 Conatel, entonces dirigida por el actual presidente de la Asamblea y número dos del chavismo, Diosdado Cabello, abrió procesos administrativos a 154 estaciones de radio y cerró 32 de ellas.

Carlos Correa, director de la ONG Espacio Público, explica que aquella decisión tuvo “un efecto muy fuerte” en el resto de las emisoras, que se sintieron “muy vulnerables a la presión del órgano regulador”, lo cual desembocó en autocensura.

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