Cargando...
Los enfrentamientos recuerdan a la llamada Rebelión de los Paraguas, de 2014, las grandes protestas prodemocráticas que llevaron a miles de personas a paralizar durante dos meses barrios enteros de la metrópolis, informó la agencia AFP.
Esta vez, sin embargo, la policía parecía decidida a no ceder terreno. Los manifestantes tampoco dudaron en lanzar barras de metal o botellas.
Decenas de miles de manifestantes vestidos de negro, en su mayoría jóvenes, inundaron de nuevos las calles contra este proyecto de ley que daría a Pekín poder para perseguir políticamente a los opositores.
El acuerdo de 1984, cuando el Reino Unido entregó a China su, hasta ese momento, colonia de Hong Kong estipulaba que el territorio mantendría su semiautonomía hasta 2047, y sus libertades civiles, que no existen en la China continental, bajo una dictadura comunista.
Los enfrentamientos estallaron cerca del Consejo Legislativo (LegCo, parlamento).
La nueva norma autorizaría las extradiciones con los territorios con los que no existe un acuerdo bilateral, incluida la China continental.
Según los analistas, se trata de la mayor violencia desde 1997, cuando Hong Kong fue devuelto a China.
El parlamento, dominado por adeptos al régimen de Pekín, anunció el aplazamiento del debate a “una fecha ulterior”.
Las fuerzas de seguridad rechazaron a los manifestantes que intentaban entrar en el LegCo usando porras, gases lacrimógenas y balas de goma, así como bolsas llenas de canicas de plomo.
“En términos de violencia política, es la jornada más grave desde la retrocesión”, según el analista político Dixon Sing, que asegura que es la primera vez que la Policía usa este tipo de armas.
“El pueblo de Hong Kong cree cada vez más que el gobierno está formado por marionetas que obedecen a los intereses de Pekín. Para ellos, esta es su última batalla”, afirma.
Hong Kong ya vivió el domingo la mayor manifestación desde 1997, en la que participaron alrededor de un millón de personas.
Pero esta movilización, espectacular en una ciudad que tiene siete millones de habitantes, no hizo variar la posición de los agentes del régimen de Pekín, que no retirarán la norma.
Muchos hongkoneses temen caer en manos del régimen chino, donde rige el totalitarismo comunista, que ejecuta, encarcela o envía a campos de concentración a los disidentes políticos.
Mientras tanto, desde hace diez años, el gobierno de Pekín se implica cada vez más en los asuntos de Hong Kong y refuerza su presencia política.