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CARACAS (EFE, AFP). “Los soldados de la Patria no aceptamos a un presidente impuesto a la sombra de oscuros intereses ni autoproclamado al margen de la Ley. La FANB defiende nuestra Constitución y es garante de la soberanía nacional”, escribió el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, en Twitter.
“Fuerza Armada Nacional Bolivariana a mi mando, máxima unión, máxima disciplina, que esta la vamos a vencer”, dijo el gobernante Nicolás Maduro en un discurso ante seguidores.
Por su parte, el autoproclamado presidente interino, el jefe del Parlamento Juan Guaidó, volvió a llamar a las Fuerzas Armadas a ponerse “al lado de la Constitución” y les volvió a prometer amnistía a los militares que desconozcan al régimen.
La “columna vertebral” (en palabras del propio Maduro) del chavismo es la fuerza militar, y muy posiblemente del papel que desempeñen, en conjunto, o parte de ella, podrá determinar el futuro de los acontecimientos.
Para Guaidó, una fugaz sublevación de 27 militares ocurrida el lunes (una de varias en el último par de años) demuestra que los llamados a los militares están teniendo eco, aunque la Fuerza Armada dice estar unida.
Protesta popular
Motivados por el hambre o la falta de agua, los venezolanos que viven en las barriadas más pobres de Caracas se unieron a los cientos de miles que marcharon ayer en todo el país en la epopéyica movilización opositora que busca, esta vez con una determinación mayor, derrocar al gobernante Nicolás Maduro.
El respaldo tan vehemente que han mostrado las favelas caraqueñas a la causa opositora en los últimos tres días, es inédito y responde principalmente a la rabia de sus pobladores ante la crisis económica provocada tras casi dos décadas de chavismo.
Por lo señalado, miles de ellos bajaron de las favelas y aumentaron el caudal humano que ayer se dejó ver en los cuatro puntos cardinales de Caracas para pedir el fin de la llamada revolución bolivariana y denunciar a Nicolás Maduro como un mandatario “ilegítimo”.
Aunque su protesta no es nueva, pues llevan dos noches consecutivas sonando cacerolas desde el interior de sus casas o saliendo a las calles hasta la madrugada para gritar los problemas que les aquejan.
“Todos queremos un cambio nuevo porque ya estamos cansados de esto (...) yo soy del barrio, todos somos del barrio, bajó la barriada, estamos cansados de esto, queremos una libertad, queremos un país nuevo, mejor para todos”, dijo Carlos Saya, que reside en la barriada caraqueña de Petare, la favela más grande de Latinoamérica.
Por su parte, el chavismo intentó responder con una concentración de sus partidarios, pero estos brillaron por su ausencia.
Apenas las Milicias Bolivarianas y algunos grupos de los más radicales, acudieron al llamado.