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“He decidido romper relaciones diplomáticas y políticas con el gobierno imperialista de los Estados Unidos”, dijo Maduro desde la sede presidencial y anunció que el personal diplomático de EE.UU. que vive en Venezuela tiene 72 horas para abandonar el país.
Ante el júbilo de un grupo de los más leales, que fueron los pocos chavistas que marcharon ayer en apoyo al régimen, Maduro aseguró que tomaba esta decisión “como presidente constitucional, jefe de Estado, jefe de Gobierno” y “en cumplimiento de mis funciones que juré frente al pueblo de respetar y hacer respetar la independencia”.
“Fuera, se van de Venezuela. Basta de intervencionismo, aquí hay dignidad, carajo, aquí hay pueblo dispuesto a defender esta tierra”, prosiguió Maduro.
Postura de Washington
El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, anunció ayer que mantendrá a su personal diplomático destacado en Venezuela desoyendo así al Gobierno de Maduro e instó a la Fuerza Armada venezolana a protegerlos.
Pompeo dijo en un comunicado que Maduro, al que tildó de “expresidente”, “no tiene la autoridad legal para romper las relaciones con EE.UU. o para declarar a los diplomáticos estadounidenses persona non grata”.
Poco antes de aquello, pidió a Maduro que renuncie ante la existencia de un nuevo “líder legítimo que refleja la voluntad del pueblo venezolano”, en referencia al jefe del Parlamento, el opositor Juan Guaidó.
Pompeo reiteró a los militares venezolanos y a las fuerzas de seguridad el pedido de que “respalden la democracia y protejan a los ciudadanos venezolanos”.
El Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que reconoce al titular de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) de Venezuela, Juan Guaidó, como presidente legítimo “interino”.