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PARÍS (AFP, EFE). Aunque muy poco se sabe sobre el lugar donde comenzó el incendio o sobre sus causas, el Gobierno francés y la Fiscalía quisieron ser tajantes desde el inicio al afirmar que todo apunta a un origen accidental.
En tiempos de ruido y confusión, con los teóricos de la conspiración afilando armas en las redes sociales, el fiscal de París, Rémi Heitz, que dirige la investigación, subrayó que “nada por ahora va en la línea de un acto voluntario”.
Heitz explicó que prioriza la hipótesis de un origen accidental de las llamas, aunque no se podrán realizar las comprobaciones necesarias hasta que las condiciones permitan acceder a la “zona cero” del incendio, algo que hasta ayer no fue posible.
El ministro de Cultura, Franck Riester, ya avanzó que el suceso pareció iniciarse en torno a la aguja de la catedral, donde se estaban realizando obras de restauración.
El incendio duró más de 12 horas, pero la Catedral de París, aunque herida, está en pie. El abismo estuvo cerca.
¿Qué daños provocó? Una buena parte del techo del edificio se vio reducida a cenizas. Una parte de la bóveda se derrumbó y la aguja ya no existe.
Varios tesoros pudieron ser salvados de las llamas pero otros, que no podían ser desplazados, están bajo vigilancia. La corona de espinas y la túnica de San Luis, dos reliquias importantes, están a salvo, al igual que el gran órgano del siglo XV –cinco teclados, 109 teclas y casi 8.000 tubos– está a salvo. El órgano pequeño, que se encontraba bajo la aguja, resultó fuertemente dañado por el fuego.
Fueron rescatadas todas las obras de arte conservadas en la parte del “tesoro” de la catedral, incluida una obra maestra de Jean Jouvenet (1716) del siglo XVIII y vestigio del coro barroco de la catedral. También, La Piedad monumental del escultor Nicolas Coustou ubicada detrás del altar: esta Virgen llorona, que recibe sobre sus rodillas el cuerpo de Cristo, encargada por Luis XIV según el deseo de su padre, Luis XIII, y realizada entre 1712 y 1728.
Además, las 16 estatuas de los doce apóstoles y cuatro evangelistas monumentales, que adornaban el techo. Éstas fueron instaladas durante la reconstrucción de la aguja, por Viollet-le-Duc; así como los tres rosetones de Notre Dame de París, vitrales que representan las flores del paraíso, que se construyeron en el siglo XIII y se renovaron en numerosas ocasiones.
Lluvia de donaciones
No se habían apagado aún las cenizas del incendio y los anuncios de promesas de financiación para la reconstrucción no paraban. Hasta anoche, se contabilizaban unos 800 millones de euros en donación.