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Las acusaciones de “espionaje” contra el corresponsal de The Washington Post en Irán son “absurdas” y “viles”, reaccionaron ayer autoridades del diario y del Gobierno de Estados Unidos.
En tanto, el jefe de redacción de The Washington Post, Martin Baron, calificó de “absurdas y viles” esas acusaciones de la justicia iraní contra el corresponsal del diario en Teherán.
“Los cargos muy serios que Irán dio a conocer contra Jason no podrían ser más absurdos”, escribió Baron en un comunicado.
“Es absurdo y vil afirmar, como lo hace la justicia iraní, que el trabajo de Jason como free lance y como corresponsal del Post en Teherán se asemeje a espionaje o represente una amenaza para la seguridad de Irán”, añadió Baron.
Rezaian fue detenido el 22 de julio de 2014 en su domicilio de Teherán junto a su esposa, Yeganeh Salehi, también periodista, pero liberada desde entonces.
Rezaian es acusado de recabar informaciones confidenciales y de propaganda contra la República Islámica, dijo la abogada Leilah Ahsan tras reunirse con su cliente por primera vez desde que tomó el caso, a principios de marzo.
Jason Rezaian “es un periodista, y la naturaleza de este trabajo consiste en acceder a informaciones y publicarlas”, afirmó Ahsan, recalcando que su cliente “no había tenido acceso a informaciones confidenciales ni de forma directa ni indirecta”.
El vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo que no tenía aún confirmación de las autoridades iraníes sobre el caso, pero añadió que “si las informaciones son exactas, las acusaciones son absurdas y deberían ser inmediatamente retiradas”.