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El Vaticano manifestó su "sorpresa y perplejidad" ante la apertura en Italia de una investigación judicial contra los directivos del Instituto Vaticano para las Obras Religiosas (IOR) por omitir información que se exige para evitar el lavado de dinero en una multimillonaria transacción.ROMA (AFP). El IOR no es acusado directamente del "lavado", sino de haber omitido de suministrar los datos requeridos.
El Vaticano precisó que se trata de "transferencias a través de entidades no italianas y que el destinatario es el mismo IOR".
Según informaciones de prensa, el IOR se disponía a transferir 20 millones de euros al banco alemán JP Morgan Frankfurt y a otros tres institutos financieros.
Tales transferencias despertaron sospechas de la fiscalía de Roma debido a que la entidad vaticana no indicó la identidad del destinatario de la operación, violando la normativa para evitar el lavado de dinero.
La omisión de tales datos es penada hasta con tres años de cárcel y una multa de 50.000 euros.
Las presuntas irregularidades en la operación ordenada por el IOR fueron detectadas recientemente por la unidad de información financiera del Banco de Italia, que las bloqueó.
La fiscalía italiana dispuso también la incautación de 23 millones de euros (30 millones de dólares), depositados en una cuenta del banco Credito Artigiano, por omisión por parte del llamado banco del Vaticano de las normas contra el reciclaje de dinero.
La justicia italiana sospecha que el banco del Vaticano administra a través de cuentas anónimas, identificadas solo con la sigla IOR, importantes sumas de dinero de procedencia no clara.
La secretaría de Estado de la Santa Sede expresó oficialmente su "sorpresa" y "perplejidad" por la investigación judicial y manifestó su "máxima confianza" a los directivos del banco involucrados, el presidente Ettore Gotti Tedeschi y el director general Paolo Cipriani.
El caso del Banco Ambrosiano
El instituto estuvo implicado en un escándalo político-financiero en los años 80 por la quiebra en 1982 del Banco Ambrosiano (del cual el Vaticano era un accionista importante) por el peso de una deuda de unos 3.500 millones de dólares y un agujero fiscal de 1.400 millones de dólares.
Según denuncias hechas en junio pasado por el diario italiano La Repubblica, se estima que solo en 2004 "cerca de 180 millones de euros circularon en dos años", sin que se haya cumplido con las normas exigidas por la ley italiana.
Hace menos de un año, el IOR designó como presidente a Gotti Tedeschi, representante entonces en Italia del grupo español Santander y miembro del Opus Dei, para reemplazar a Angelo Caloia.
El banquero Caloia había sido encargado por Juan Pablo II en 1989 de la primera limpieza en el manejo de las cuentas vaticanas tras el escándalo del Banco Ambrosiano.
El Vaticano precisó que se trata de "transferencias a través de entidades no italianas y que el destinatario es el mismo IOR".
Según informaciones de prensa, el IOR se disponía a transferir 20 millones de euros al banco alemán JP Morgan Frankfurt y a otros tres institutos financieros.
Tales transferencias despertaron sospechas de la fiscalía de Roma debido a que la entidad vaticana no indicó la identidad del destinatario de la operación, violando la normativa para evitar el lavado de dinero.
La omisión de tales datos es penada hasta con tres años de cárcel y una multa de 50.000 euros.
Las presuntas irregularidades en la operación ordenada por el IOR fueron detectadas recientemente por la unidad de información financiera del Banco de Italia, que las bloqueó.
La fiscalía italiana dispuso también la incautación de 23 millones de euros (30 millones de dólares), depositados en una cuenta del banco Credito Artigiano, por omisión por parte del llamado banco del Vaticano de las normas contra el reciclaje de dinero.
La justicia italiana sospecha que el banco del Vaticano administra a través de cuentas anónimas, identificadas solo con la sigla IOR, importantes sumas de dinero de procedencia no clara.
La secretaría de Estado de la Santa Sede expresó oficialmente su "sorpresa" y "perplejidad" por la investigación judicial y manifestó su "máxima confianza" a los directivos del banco involucrados, el presidente Ettore Gotti Tedeschi y el director general Paolo Cipriani.
El caso del Banco Ambrosiano
El instituto estuvo implicado en un escándalo político-financiero en los años 80 por la quiebra en 1982 del Banco Ambrosiano (del cual el Vaticano era un accionista importante) por el peso de una deuda de unos 3.500 millones de dólares y un agujero fiscal de 1.400 millones de dólares.
Según denuncias hechas en junio pasado por el diario italiano La Repubblica, se estima que solo en 2004 "cerca de 180 millones de euros circularon en dos años", sin que se haya cumplido con las normas exigidas por la ley italiana.
Hace menos de un año, el IOR designó como presidente a Gotti Tedeschi, representante entonces en Italia del grupo español Santander y miembro del Opus Dei, para reemplazar a Angelo Caloia.
El banquero Caloia había sido encargado por Juan Pablo II en 1989 de la primera limpieza en el manejo de las cuentas vaticanas tras el escándalo del Banco Ambrosiano.