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BUENOS AIRES (Reuters). La investigación de la trama de corrupción que involucra a Petrobras sumió en una crisis política al Gobierno de Dilma Rousseff en Brasil, que fue recientemente golpeado por la breve detención que sufrió el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y la condena a 19 años de prisión del empresario Marcelo Odebrecht.
Muchos especialistas consideran que el esquema de corrupción que habría permitido financiar ilegalmente la política en Brasil podría haberse reproducido en otros países de la región en los que tienen filiales algunas de las empresas implicadas en el caso, como Argentina.
“Hay una investigación en curso. Se busca determinar si hubo algún tipo de réplica en las maniobras de cartelización que hubo en Brasil. Odebretch es una de las firmas implicadas”, aseguró a Reuters hace días el titular de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA), Sergio Rodríguez.
“Este caso se ha convertido en un caso no solo de Brasil, sino regional”, añadió. La investigación abarca desde el 2006 al 2012 y podría involucrar a exfuncionarios del gobierno de Cristina Fernández, quien dejó el poder en diciembre en manos de su rival de centroderecha Mauricio Macri.
Consultado por Reuters, un portavoz de Odebrecht Argentina dijo que la firma “no fue notificada de ningún procedimiento judicial”.
A fines de febrero, la policía brasileña reveló documentos acerca de una investigación sobre supuestos sobornos por unos 3 millones de dólares por parte de la constructora Odebrecht al presidente de Perú, Ollanta Humala, quien rechazó las acusaciones.