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BERLÍN/PARÍS (Reuters, AFP, EFE). La enfática victoria de Emmanuel Macron en las presidenciales francesas, con el 66% de los votos, representa un enorme alivio a aliados europeos que temían otro triunfo populista tras el referendo del año pasado en que el Reino Unido optó por abandonar la Unión Europea y la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
Con esta victoria del centrista, los líderes del bloque europeo dejan atrás el temor que afloraba ante el auge de ideas populistas en el mundo -alimentados por el enojo sobre la inmigración y la creciente desigualdad económica- y que pudieran ser replicadas en el continente en un año megaelectoral en el que los holandeses y alemanes también prevén elecciones.
En su primer discurso como mandatario electo dijo que trabajaría para sanar las profundas divisiones en su país que condujeron a un gran apoyo a los partidos de extrema derecha y de extrema izquierda.
“Combatiré las divisiones que nos lastran (...) Sé cuáles son las divisiones de nuestra nación que han conducido a algunos a votos extremos, los respeto”, declaró, para luego asegurar que había escuchado “la ira, ansiedad y dudas” de sus compatriotas.
Reconoció que una parte de los que le dieron su voto lo hicieron pese a no estar de acuerdo con sus ideas “sólo por la República, contra el extremismo”. Su mensaje para ellos fue: “Protegeré la República” .
El centrista de 39 años, que se convertirá en el líder francés más joven desde Napoleón, tiene varios obstáculos que enfrentar después de entrar al Palacio del Elíseo: una década de crecimiento débil, un aumento del desempleo y una pérdida de competitividad y la amenaza de los grupos extremistas.
El exbanquero de inversiones promete reformar el mercado laboral, simplificar los sistemas tributario y de pensiones, además de reducir regulaciones que cree que obstaculizan a la innovación.
Macron intentará lograr la aprobación de su agenda de reformas en momentos en que Francia está más dividida que nunca sobre cómo responder a las perturbadoras fuerzas de la globalización.
Para poder implementar sus planes tendrá que asegurar el respaldo parlamentario. Pero eso dependerá de cómo le vaya a su nuevo partido, “En Marche!”, en la elección legislativa del mes próximo.