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La máxima instancia de la justicia administrativa autorizó en abril a detener el tratamiento.
Este caso se ha convertido en Francia en modelo del debate sobre ese delicado tema.
En la propia familia del paciente hay partidarios (los padres, la hermana y un hermanastro) y opositores (la esposa, cinco hermanos y hermanas y un sobrino) de mantenerle vivo de forma artificial.
Lambert, de 42 años, sufrió un accidente de tráfico en 2008. El traumatismo craneoencefálico le dejó tetrapléjico y absolutamente dependiente. En 2011, los médicos descartaron toda posibilidad de mejora y en 2014 su estado fue calificado de vegetativo.
Sus padres consideran que desconectarle supondría un trato inhumano, por lo que en los últimos años han agotado los recursos judiciales posibles.