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SEÚL (EFE). Los Jefes del Estado Mayor surcoreano dieron la alerta informando primero del lanzamiento de un misil, rectificaron después mencionando varios misiles y finalmente modificaron su evaluación estimando que se trata de “proyectiles de corto alcance”, lo que en principio rebaja la gravedad del ensayo de armas norcoreano.
El lugar elegido para la prueba, la península de Hodo (unos 15 Km de la ciudad portuaria oriental de Wonsan), no indicaba en principio nada bueno, ya que ha sido escenario de 20 pruebas (la última de ellas el 3 de marzo de 2015) del misil Hwasong-11, un proyectil de corto alcance de inspiración soviética.
Sin embargo, las Fuerzas Armadas surcoreanas enmendaron su análisis inicial y establecieron que Corea del Norte disparó proyectiles de corto alcance en dirección noreste desde la península de Hodo, al noreste de Wonsan”.
“Los proyectiles volaron entre 70 y 200 kilómetros” sobre el Mar de Japón (llamado Mar del Este en las dos Coreas) y cayeron al agua, según añadió el Estado Mayor Conjunto sureño.
La diferencia entre un proyectil y un misil es que el primero es cualquier objeto disparado al aire y el segundo un proyectil autopropulsado.
La importancia reside en que disparar proyectiles de corto alcance (se sospecha que Pyongyang disparó artillería de cohetes) , no viola las sanciones de la ONU impuestas sobre el régimen de los Kim por sus pruebas nucleares y de misiles balísticos, las cuales sí son sancionables según las resoluciones del Consejo de Seguridad.
Se trata de la segunda prueba armamentística de las FF.AA. norcoreanas en pocas semanas.
A mediados de abril reveló que Jong-un supervisó un test con una nueva arma táctica, un gesto que pudo ir destinado tanto a sus propios ciudadanos como a EE.UU. tras un nuevo atasco en el diálogo sobre desarme.
Al igual que el ensayo de ayer, la prueba de abril no violó castigos de la ONU y no puso fin a la moratoria norcoreana en cuanto a pruebas de misiles balísticos y bombas atómicas.
El presidente Trump, expresó, sin embargo, su confianza en que Jong-Un no “romperá su promesa”. “Cualquier cosa es posible en este mundo tan interesante, pero creo que Kim Jong Un comprende plenamente el gran potencial económico de Corea del Norte, y no hará nada para interferir o acabar con él”, tuiteó Trump.
Más allá de los tecnicismos en torno a la prueba armamentística, Pyongyang indica con este último gesto su impaciencia con el estancamiento del diálogo sobre desarme tras la fallida cumbre de febrero entre el líder norcoreano y Trump.
Las sanciones internacionales
Corea del Norte es objeto de sanciones internacionales como consecuencia de su programa nuclear y de misiles y, aunque existen exenciones humanitarias, muchos expertos reconocen que los castigos contra el régimen afectan también a la población. La ONU alertó esta semana que cerca de la mita de los norcoreanos se verán afectados por la escasez de alimentos. El gobierno comunista solicitó ayuda humanitaria al organismo.